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Si su ser querido se ha caído de una silla de ruedas mientras estaba en el asilo de ancianos, esta es una situación que debe abordar de inmediato abogando por que se tomen las medidas de seguridad adecuadas.
Hasta una cuarta parte de todas las caídas en hogares de ancianos requieren la admisión a un hospital. Los pacientes a menudo se caen más de una vez. El promedio es de 1,5 caídas por persona al año. Entonces, si ha ocurrido una caída, es probable que vuelva a ocurrir.
Hay muchas medidas que se pueden tomar para prevenir caídas en hogares de ancianos. El proceso comienza con la identificación de las posibles causas, la implementación de un plan y luego la incorporación de todo el equipo para reducir el riesgo de otra caída.
Causas de caídas desde sillas de ruedas
Tres factores generales que provocan caídas de sillas de ruedas:
- Debilidad física o desequilibrio
- Confusión (esto puede estar relacionado con la medicación o ser parte del avance del proceso de la enfermedad).
- Ajuste ambiental inadecuado
En muchas situaciones, los tres factores mencionados anteriormente pueden estar presentes. Un ejemplo típico de cómo puede ocurrir una caída es que el paciente ha retrocedido lentamente en la fuerza física y la capacidad mental desde la última vez que fue instalado en una silla de ruedas y evaluado por el personal del hogar de ancianos. El personal debe estar monitoreando una disminución, pero a veces puede ser lo suficientemente incremental como para pasar desapercibido.
Una evaluación de OT y PT es su primera línea de defensa
Tan pronto como ocurre una caída, la mejor línea de defensa es evaluar las categorías anteriores: cognición, debilidad física y adaptación ambiental.
En una instalación típica, el fisioterapeuta evaluará la fuerza, la marcha y la capacidad del paciente para moverse de la silla de ruedas a otra superficie. Un terapeuta ocupacional también puede desempeñar un papel en la evaluación de estos factores, así como el estado cognitivo del paciente, el ajuste de la silla de ruedas y el entorno físico.
Sugerencias para la prevención de caídas desde sillas de ruedas
Si el problema es con la medicación, el médico tendrá que involucrarse para encontrar una opción más adecuada, tiempo durante el cual el paciente necesitará una mayor supervisión. Después de la evaluación, los terapeutas pueden tener las siguientes recomendaciones:
Aumentar el nivel de asistencia necesaria cuando los pacientes se paran de una silla de ruedas: Cada cliente en el asilo de ancianos debe haber documentado cuánta ayuda necesita cuando se para de su silla de ruedas. El personal debe conocer el estado de cada paciente, que puede variar desde la asistencia independiente hasta la máxima asistencia. Con una caída, el nivel de asistencia debe aumentar hasta que el paciente sea evaluado minuciosamente y se pueda acordar un nuevo nivel de asistencia.
Programa de terapia: si la fuerza, el desequilibrio o algún otro factor relacionado con el cliente está en el centro de la caída, el paciente puede beneficiarse de un programa de terapia para abordar la disminución. También puede ser necesario un curso breve de terapia para presentar al paciente las medidas que se están implementando, como las que se sugieren a continuación.
Alarma de silla de ruedas: Suena una alarma de silla de ruedas cuando un paciente comienza a ponerse de pie. Esto alerta rápidamente al personal de que el paciente necesita asistencia inmediata. La desventaja de esto es que la alarma puede desorientar a los pacientes y que puede ser demasiado tarde para cuando llegue el personal.
Asiento abatible: un asiento abatible cambia la inclinación del asiento de la silla de ruedas de plano a tener una ligera inclinación hacia atrás. Esto tiene como objetivo hacer que sea más difícil deslizarse hacia adelante en la silla.
Recordatorios para los pacientes y el personal: esta es una medida muy simple, pero colocar un letrero en la sala para recordar al personal y al paciente las precauciones de seguridad puede ser de gran ayuda para asegurarse de que todos estén en sintonía. Los ejemplos pueden incluir (Llame para pedir ayuda cuando necesite pararse; recuerde quitar los reposapiernas de la silla de ruedas, ya que son un peligro de tropiezo).
Reorganización de la habitación: si el paciente se cayó alcanzando un objeto en un estante inferior, es hora de reorganizar la habitación para que el cliente no tenga que inclinarse demasiado hacia adelante.
Provisión de un alcanzador: un alcanzador puede ser un dispositivo útil para guardar en una bolsa en la parte posterior de la silla de ruedas si el paciente tiene la flexibilidad de estirarse hacia atrás y agarrarlo. Se puede usar para agarrar objetos pequeños como pañuelos del suelo.
Cambios en las superficies donde se trasladan los pacientes: A veces el problema es el destino por el que el paciente deja la silla de ruedas. Las camas pueden ser demasiado altas. Puede que no haya suficientes barras de apoyo en el baño. Es posible que se necesite una superficie antideslizante en el baño.
¿Por qué no usar el cinturón de seguridad?
Agregar un cinturón de seguridad a la silla de ruedas puede parecer una buena idea, pero en el mundo de los hogares de ancianos, esta precaución se cuenta como una restricción. Se ha demostrado que las restricciones hacen más daño que bien y las instalaciones tratan de evitarlas a toda costa, ya que las agencias reguladoras las desaprueban con razón. Si el paciente puede desabrocharse fácilmente el cinturón de seguridad y sabe cuándo sería seguro hacerlo, probablemente sea necesario para probar esta opción.