La insulina suplementaria, una versión fabricada de la hormona producida naturalmente por las células del páncreas para regular los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre, es vital para controlar la diabetes tipo 1 (diabetes mellitus). También es un tratamiento para la diabetes gestacional, una forma temporal de la enfermedad que puede desarrollarse durante el embarazo. La insulina también puede ser necesaria para ayudar a controlar la diabetes tipo 2 en personas para quienes los cambios en el estilo de vida y los medicamentos orales no son suficientes para mantener estables los niveles de azúcar en sangre.
Según la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA), hay más de 20 tipos de insulina que se venden en los Estados Unidos. Para los médicos, esto significa que hay muchas opciones para adaptar el tratamiento a las necesidades específicas de los pacientes. También significa que la perspectiva de tomar insulina puede resultar abrumadora e incluso aterradora, ya que la insulina debe inyectarse directamente en el cuerpo. Si le recetan insulina para tratar la diabetes, puede ayudar a comprender el importante papel que desempeña la hormona en la salud, así como algunas diferencias básicas entre los tipos de insulina.
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La importancia de la insulina
La insulina es producida por células específicas del páncreas llamadas células beta. Su función es ayudar al cuerpo a utilizar o almacenar la glucosa derivada de los carbohidratos en la dieta. La glucosa es necesaria para todas las funciones corporales; circula en el torrente sanguíneo y es absorbido por las células para obtener energía.
Cuando el cuerpo no produce insulina (como en el caso de la diabetes tipo 1) o cuando se vuelve resistente al uso adecuado de la insulina (como sucede con la diabetes gestacional y tipo 2), las células ya no pueden acceder a la energía que necesitan y la glucosa se acumula en la sangre, lo que puede tener como resultado una serie de consecuencias graves e incluso potencialmente mortales.
El páncreas produce insulina de dos formas diferentes:
- La insulina basal (a veces llamada insulina de fondo) regula los niveles de glucosa entre las comidas y se libera las 24 horas del día, ya sea que una persona coma o no.
- El páncreas libera insulina en bolo en respuesta directa a la ingestión de alimentos para controlar el aumento de glucosa en sangre que sigue inmediatamente.
Tipos de insulina de reemplazo
Los diversos tipos de insulina suplementaria están diseñados para reemplazar tanto la insulina en bolo como la insulina basal, en realidad se diferencian en función de tres características:
- Inicio: cuánto tiempo transcurre entre el momento en que se inyecta la insulina y el momento en que comienza a afectar los niveles de azúcar en sangre; cantidad de tiempo entre la inyección y el momento en que la insulina comienza a reducir el nivel de azúcar en sangre.
- Duración: cuánto tiempo continúa funcionando la insulina después de hacer efecto.
- Pico: el punto en el que la insulina está funcionando a su máxima capacidad.
La ADA enumera cinco tipos de insulina suplementaria: de acción rápida, de acción corta (a veces denominada regular), de acción intermedia, de acción prolongada y de acción ultralarga.
Insulinas de acción rápida y corta
Ambos tipos se utilizan para reemplazar la insulina en bolo natural producida por el páncreas. Debido a que comienzan a funcionar rápidamente, se usan justo antes de las comidas o bocadillos para compensar el aumento inmediato de los niveles de glucosa que se producirá al comer.
Insulina de acción intermedia
Solo hay un tipo de insulina de acción intermedia en el mercado: la protamina neutra Hagedorn (NPH). La duración de la NPH puede variar significativamente, por lo que no es raro que las personas que la usan también tomen una dosis de insulina regular o de acción rápida para cubrir las comidas. La NPH también se ve diferente a otros tipos de insulina. A diferencia del líquido transparente que caracteriza a las insulinas de acción rápida y corta, la NPH tiene una consistencia turbia causada por los cristales de insulina en la solución.
Insulina de acción prolongada y de acción ultralarga
Las insulinas de acción intermedia, prolongada y ultralarga se utilizan para reemplazar la insulina basal con el objetivo de mantener constantes los niveles de glucosa en sangre durante el día y la noche. Comienzan a trabajar aproximadamente dos horas después de la inyección y se liberan lentamente, alcanzando un máximo de cuatro a ocho horas después de la inyección y duran al menos 24 horas.
Dentro de cada tipo de insulina, como se detalla aquí, puede haber más de una marca.
Admelog, Humalong (insulina lispro), Fiasp, NovoLog (insulina aspart)
Además de estos tipos estándar de insulina, existen otras opciones.
Insulinas premezcladas
Las insulinas premezcladas, que combinan cantidades variables de insulina de acción intermedia con insulina de acción rápida o de acción corta, son una forma conveniente de obtener los beneficios de ambos tipos de insulina en una sola inyección. Tienen un inicio de entre 15 minutos y una hora, dependiendo de la mezcla. La hora pico varía y cada una puede durar hasta 24 horas.
Insulina inhalada
También hay una forma de insulina que se puede inhalar llamada Afrezza (sistema de inhalación de insulina con tecnosfera). Aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. En 2014, es una insulina de acción rápida que comienza a funcionar dentro de los 12 a 15 minutos con un pico alrededor de los 30 minutos, y se elimina del sistema en tres horas.
Una palabra de Verywell
Saber que necesita inyectarse insulina para controlar la diabetes puede ser abrumador, pero puede confiar en que su médico trabajará en estrecha colaboración con usted para asegurarse de que tanto la dosis como el tipo de insulina que le recetan se ajusten a su estilo de vida. Él o ella también le brindará todo el apoyo que necesita para sentirse cómodo con la inyección de insulina o el uso de una bomba si esa resulta ser la mejor opción para usted.