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Conclusiones clave
- Los expertos recomiendan un cronograma estricto para determinar cuándo una persona que se recupera de COVID-19 es elegible para una cirugía electiva.
- Los médicos necesitarán orientación para ayudar a las personas que han tenido COVID-19, ya que muchos están experimentando el "síndrome post-COVID" con síntomas o complicaciones que persisten mucho después de haberse recuperado del virus.
La Universidad de Salud y Ciencias de Oregon (OHSU) ha desarrollado nuevas pautas para ayudar a los hospitales y centros quirúrgicos a determinar si los pacientes que se han recuperado del COVID-19 pueden someterse a una cirugía electiva de manera segura. Específicamente, las pautas están destinadas a detectar cualquier persistencia sistémica síntomas, que pueden hacer que un procedimiento sea más riesgoso.
La cirugía electiva, también llamada cirugía no emergente, puede ser un procedimiento mayor o menor que se puede programar con anticipación. Sin embargo, el hecho de que la cirugía sea electiva no significa que sea opcional, solo significa que se puede programar de antemano.
Algunos tipos comunes de cirugías electivas menores y mayores incluyen:
- Cirugía plástica
- Reemplazo de rodilla y cadera
- Eliminación de cálculos renales
- Cirugía exploratoria o diagnóstica
- Histerectomía
- Angioplastia
- Cirugía laser
Los investigadores utilizaron datos publicados en todo el mundo para redactar una lista de recomendaciones para que los médicos evalúen previamente a los pacientes que se han recuperado de COVID-19 para detectar el síndrome post-COVID, un grupo de síntomas y complicaciones del SARS-CoV-2 que persisten mucho después de que el virus desaparece. el cuerpo, incluida la atrofia muscular, debilidad, fatiga e inflamación. A estas personas a menudo se las denomina "transportistas de larga distancia".
"COVID afecta a muchos sistemas de órganos y puede tener manifestaciones sutiles o incluso 'furtivas' del daño orgánico que ha causado", Avital O'Glasser, MD, autor principal del estudio y profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de OHSU, le dice Verywell. "Necesitamos ser muy minuciosos al investigar cualquier signo de efectos persistentes del COVID".
Snydrome posterior a COVID
Es probable que los expertos necesiten años para comprender completamente los efectos a largo plazo del COVID-19, pero los datos actuales sugieren que muchas personas están experimentando síntomas prolongados de la infección que han disminuido su calidad de vida.
Incluso una enfermedad leve por COVID-19 puede dejar a una persona con síntomas duraderos mucho después de que se haya recuperado y haya dado negativo en la prueba de la enfermedad.
La comunidad médica se había referido anteriormente a este subconjunto de pacientes como "transportistas de larga distancia de COVID", pero recientemente han rebautizado el fenómeno como "síndrome post-COVID".
Los síntomas persistentes más comunes del "síndrome post-COVID" incluyen:
- Fatiga
- Respiración dificultosa
- Dolor en las articulaciones
- Dolor de pecho
- Niebla mental, incluida la incapacidad para concentrarse y la memoria deteriorada
- Pérdida del gusto y / o el olfato.
- Problemas de sueño
El estudio se modeló según el protocolo recomendado y la literatura existente basada en evidencia que describe la recuperación clínica de un paciente de un evento médico importante antes de la cirugía electiva.
Las nuevas pautas apuntan a resultados de laboratorio y biomarcadores específicos que históricamente han sido buenos predictores de la gravedad de la enfermedad para ayudar a determinar si un paciente está en riesgo continuo después del COVID-19.
El protocolo también tiene en cuenta la cantidad de tiempo entre la enfermedad del paciente y la fecha de la operación, así como si el paciente necesitará anestesia general.
Lo que esto significa para ti
Los investigadores todavía están aprendiendo cómo los síntomas y las complicaciones del COVID-19 pueden permanecer mucho tiempo después de que una persona se haya recuperado de la enfermedad. Si tenía COVID-19 y mejoró y necesita una cirugía electiva, hable con su proveedor de atención médica. Con las nuevas pautas, podrán evaluar su salud y asegurarse de que sea seguro para usted someterse a una cirugía, así como asegurarse de que tenga suficiente tiempo para recuperarse.
Las nuevas recomendaciones
Las pautas sugeridas, que se introdujeron en el sistema OSHU en agosto de 2020, incluyen una combinación de análisis de sangre, exámenes de diagnóstico (radiografía de tórax, electrocardiograma, ecocardiograma), el estado funcional y respiratorio del paciente, así como los factores psicosociales que puede influir en la seguridad y el resultado de la cirugía.
El tipo de cirugía (mayor o menor) y la cantidad de sedación necesaria se utilizan para ayudar a los médicos a determinar qué pruebas de detección previa deben administrarse antes de que el paciente pueda considerarse seguro para la operación.
Aspectos destacados clave del nuevo protocolo
- Mínimo de 4 semanas de tiempo de recuperación para pacientes que tenían enfermedad COVID-19 asintomática
- Mínimo de 6 a 8 semanas de tiempo de recuperación para pacientes que exhibieron síntomas de COVID-19 durante su enfermedad
- Evaluación física e historial médico para descartar cualquier complicación del COVID-19 y determinar si un paciente ha regresado a su estado de salud inicial previo al COVID
- Evaluación de la fragilidad para pacientes mayores de 65 años y aquellos que requirieron hospitalización durante su enfermedad COVID-19
- Pruebas adicionales (según la gravedad de la enfermedad COVID-19) para evaluar la función cardiopulmonar, el estado de coagulación, los marcadores de inflamación y el estado nutricional de un paciente
"Este protocolo incluye muchas pruebas que rara vez, si es que alguna vez realizamos, en el entorno preoperatorio", dice O’Glasser. “También es muy raro obtener una radiografía de tórax en un paciente sin síntomas pulmonares antes de la cirugía. Sin embargo, debido a COVID, hemos aumentado la dependencia de un panel de pruebas de laboratorio, electrocardiogramas y radiografías de tórax para investigar los efectos persistentes ".
Qué recomiendan otros expertos
En diciembre de 2020, la Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos (ASA) y la Anesthesia Patient Safety Foundation (APSF) emitieron una declaración conjunta que aborda la necesidad de protocolos actualizados con respecto a la cirugía electiva y la anestesia para los pacientes que se han recuperado del COVID-19.
La ASA y la APSF destacaron la necesidad de una evaluación preoperatoria más detallada programada mucho antes de la cirugía, con especial atención a los sistemas cardiopulmonares del paciente para evaluar los síntomas residuales de COVID-19.
"Esperamos que nuestro protocolo proporcione a los hospitales y centros quirúrgicos formas específicas de actuar sobre esta recomendación general", dice O’Glasser.
"La característica fascinante y notable de la pandemia ha sido que todos estamos aprendiendo cómo brindar atención en ausencia de datos e información claros. Lo estamos haciendo por separado y juntos", Cliff Schmiesing, MD, codirector de Stanford Anesthesia Preoperative Clínica de evaluación, le dice a Verywell. "Aprendemos todos los días, refinando y mejorando nuestra atención, protocolos y decisiones, y compartiendo esto con mayor libertad y rapidez que nunca".
Próximos pasos
Desde que se aprobó el protocolo OHSU, aproximadamente 40 participantes han sido evaluados siguiendo las recomendaciones. Hasta el momento, los investigadores no tienen conocimiento de ninguna cirugía cancelada o retrasada debido a hallazgos anormales.
Los autores del estudio dan crédito a la asociación proactiva entre los cirujanos remitentes y los estrictos requisitos de marco de tiempo descritos en las nuevas pautas como una posible razón de los buenos resultados.
Los próximos pasos serán expandir el protocolo para incluir a pacientes anteriores con COVID-19 que se someten a procedimientos de sedación para procedimientos menores.