Hifema es el término médico para el sangrado en la cámara anterior del ojo, el espacio entre la córnea y el iris. La mayoría de las veces, un hipema es el resultado de una lesión, como un golpe en el ojo, aunque hay una serie de enfermedades y afecciones que pueden aumentar el riesgo de un hipema espontáneo. La acumulación de sangre casi siempre es visible a simple vista y dolorosa. Puede interferir con la visión y causar un aumento peligroso de la presión ocular, en cuyo caso un hipema se considera una emergencia médica que requiere atención médica urgente para proteger la salud general de los ojos y minimizar el riesgo de pérdida permanente de la visión. Dependiendo de la gravedad de un hipema, el tratamiento puede variar desde una simple atención domiciliaria hasta una cirugía.
Imágenes de varios bits / GettySíntomas del hifema
Es raro que un hipema no produzca síntomas obvios, aunque es posible que los más leves solo sean visibles con un examen de la vista y no duelan. Sin embargo, la mayoría de los hifemas son inconfundibles y se presentan con varios síntomas obvios.
- Sangre en el ojo: si el hipema es grande, el ojo puede verse como si estuviera lleno de sangre. Esto se debe a que el sangrado decolora el líquido transparente del ojo llamado humor acuoso. Los hifemas más pequeños, los microhifemas, no son visibles a simple vista.
- Disminución de la visión: dependiendo de la cantidad de sangre en el ojo, la visión puede estar obstruida hasta el punto de que una persona solo pueda distinguir los movimientos de la mano o detectar la presencia de luz.
- Presión ocular elevada: el charco de sangre puede aumentar la presión en el ojo.
- Sensibilidad a la luz: la fotofobia, o sensibilidad a la luz, puede ocurrir en el ojo con el hipema.
- Dolor ocular: los hinfemas suelen ser dolorosos.
Los hifemas se clasifican en una escala de cero a cuatro según la cantidad de sangre que oscurece la córnea. Cuanto mayor sea el grado, mayor será el riesgo de presión intraocular que puede provocar glaucoma y pérdida de la visión.
Complicaciones
La mayoría de las personas con hipemas se recuperan por completo, pero aquellas con hipema de alto grado tienen un mayor riesgo de sufrir cualquiera de varias complicaciones graves.
- Sangrado recurrente: el ojo puede sangrar nuevamente, dependiendo de la extensión del trauma inicial. El reposo es importante para prevenir más hemorragias.
- Glaucoma: el aumento de la presión en el ojo puede dañar el nervio óptico y provocar glaucoma.
- Pérdida de la visión: esto puede ocurrir sin un tratamiento inmediato de un hipema.
- Córnea manchada: la sangre de un hipema puede manchar la capa exterior transparente del globo ocular, nublando permanentemente la visión.
Las personas con anemia de células falciformes que desarrollan hipema tienen un mayor riesgo de complicaciones.
Causas
Un hipema generalmente es el resultado de un traumatismo en el ojo, pero también puede desarrollarse de manera espontánea y está asociado con ciertas afecciones médicas subyacentes.
Hifema traumático
Un hipema traumático es una lesión contundente o penetrante que puede ocurrir como resultado de un golpe en el ojo con un objeto como una pelota, un palo, un puño o un codo. También puede ocurrir por el impacto de una caída. Los niños corren un riesgo especial al practicar ciertos deportes, como béisbol, baloncesto, sóftbol y fútbol.
Un hipema también es una complicación potencial de la cirugía ocular y requiere un tratamiento similar al hipema traumático.
Aproximadamente el 70% de los hifemas traumáticos ocurren en niños, especialmente en niños de entre 10 y 20 años, mientras participan en deportes u otras actividades recreativas.
Hifema espontáneo
Los hifemas espontáneos tienden a ocurrir en personas con afecciones médicas que las predisponen a problemas sanguíneos o vasculares.
- Neovascularización (crecimiento de nuevos vasos sanguíneos) causada por retinopatía o isquemia diabética.
- Tumores oculares
- Melanoma ocular
- Uveítis, inflamación de la úvea, que suministra sangre a la retina.
- Trastornos de la coagulación (hemofilia, enfermedad de von Willebrand)
- Enfermedad de células falciformes o rasgo
- Talasemia, un trastorno sanguíneo hereditario que causa anemia.
- Leucemia
- Antecedentes de traumatismo ocular o cirugía ocular
- Irritación del iris por lentes intraoculares (implantes de lentes)
- Infecciones oculares por virus del herpes
Diagnóstico
Es importante que un oftalmólogo determine la causa de un hipema. Si hubo un traumatismo en el ojo, deberán conocer los detalles del incidente para determinar primero si la lesión es una lesión de globo abierto, lo que significa que algo ha penetrado o lesionado gravemente las capas externas del ojo.
Si no es una lesión penetrante, el médico tomará un historial médico y luego examinará el ojo para determinar si se trata de un hipema u otra causa de enrojecimiento, como uveítis (que nuevamente puede resultar en un hipema), conjuntivitis (una infección ocular). comúnmente conocida como conjuntivitis), o hemorragia subconjuntival (vasos sanguíneos rotos del ojo).
Si se sospecha un hipema, el médico evaluará la agudeza visual, medirá la presión intraocular y examinará el ojo con un microscopio con lámpara de hendidura y un oftalmoscopio. En algunos casos, puede ser necesaria una tomografía computarizada (TC) para examinar completamente las estructuras internas del ojo. También se pueden realizar pruebas para detectar la anemia de células falciformes u otras afecciones que aumentan el riesgo de complicaciones por un hipema.
Si un objeto penetra en su ojo, hágalonointente eliminarlo. Asegúrelo en su lugar si puede y acuda inmediatamente a su oftalmólogo o al departamento de emergencias de un hospital.
Tratamiento
El hifema es una emergencia médica que no debe tratarse sin la ayuda de un oculista. Si detecta incluso una pequeña cantidad de sangrado en el ojo, con o sin dolor, o si recibe un golpe en el ojo y cree que existe la posibilidad de que se haya lesionado, consulte a un médico. La gravedad de un hipema determina cómo debe tratarse.
Autocuidado en el hogar
En los casos leves de hipema, el cuerpo suele reabsorber la sangre en unos pocos días, siempre que se tomen ciertas medidas. Por lo general, estos incluyen reposo en cama con la cabeza elevada de 30 a 45 grados y el uso de un parche en el ojo. En algunos casos, se recomienda el control diario de la presión ocular.
Prescripción médica
Los medicamentos tópicos para los ojos, como los ciclopléjicos que previenen el movimiento del ojo y los corticosteroides tópicos u orales para reducir la inflamación, se recetan comúnmente. También se pueden usar sedantes para minimizar la actividad y reducir la posibilidad de sangrado recurrente. Se puede recetar Tylenol (acetominophen) con o sin codeína para el dolor.
Se debe evitar la aspirina o los anticoagulantes si tiene hipema, así que informe al médico que lo atiende si toma estos medicamentos con regularidad. Puede ser necesario suspenderlos durante unos días si el médico que los recetó cree que es seguro hacerlo.
Cirugías y procedimientos dirigidos por especialistas
Su médico querrá examinar su ojo después de unos días para asegurarse de que el hipema esté mejorando. Si no es así o la presión intraocular aumenta, se puede recomendar la extracción quirúrgica de la sangre y es posible que se requiera hospitalización.
- Lavado de la cámara anterior: se hacen dos pequeñas incisiones en la córnea y se irriga una solución salina a través de un puerto mientras que el otro evacua la sangre.
- Eliminación de coágulos con un instrumento: si un lavado de la cámara anterior no puede eliminar suficiente sangre, se puede insertar un dispositivo de irrigación / aspiración manual o un instrumento de vitrectomía para extraer el coágulo.
- Trabeculectomía e iridectomía: con hifemas de alto grado o aquellos que causan presión elevada, se puede hacer un pequeño orificio en la pared del ojo cubierto por un colgajo delgado en forma de trampilla para aliviar la presión (trabeculectomía). También se puede extirpar parte del iris (iridectomía).
- Intercambio de líquido-gas de la cámara anterior: esta técnica, que se puede realizar en el consultorio de un médico, implica insertar dos jeringas en el ojo: una para bombear gas y la otra para extraer gas y líquido para eliminar el hipema.
Atención de seguimiento
Si experimenta un hipema, evite la actividad intensa durante al menos un par de semanas y asista a todas las visitas de seguimiento con su médico. Es posible que algunas complicaciones del hipema no aparezcan durante varios meses, por lo que su médico querrá verlo con regularidad para realizar exámenes de la vista. También debe someterse a pruebas de detección de glaucoma anualmente.
Una palabra de Verywell
Un hipema puede ocurrir después de cualquier traumatismo en el ojo, pero las lesiones deportivas son las más comunes. El uso de anteojos o anteojos protectores deportivos puede ser una forma eficaz de reducir el riesgo para los atletas, en particular aquellos que practican deportes donde las lesiones relacionadas con los ojos son comunes. Esto incluye baloncesto, deportes acuáticos, béisbol y deportes de raqueta. Los anteojos protectores pueden ser molestos, pero vale la pena si te salva la vista.