La fijación interna de reducción abierta (ORIF) es un abordaje quirúrgico que se utiliza para reparar ciertos tipos de fracturas óseas.
Una reducción abierta es una realineación ósea quirúrgica invasiva, a diferencia de una reducción cerrada que se realiza sin cirugía o incisión. La fijación interna es la inserción quirúrgica de hardware para estabilizar y mantener el hueso en su lugar mientras sana.
Después de la ORIF, su recuperación dependerá de varios factores: la gravedad de su lesión, el tipo de hueso afectado, su rehabilitación posoperatoria y su edad.
Cómo se realiza la cirugía ORIF
ORIF es una cirugía de dos partes realizada por un cirujano ortopédico, con anestesia para controlar el dolor. Los pasos se describen a grandes rasgos a continuación:
- La primera etapa, la reducción de la fractura, consiste en reposicionar los huesos rotos para restaurar su alineación normal. Esta etapa se centra en garantizar que los huesos se coloquen en la posición correcta, con la menor cantidad de espacios e irregularidades superficiales posibles.
- La segunda etapa es la fijación interna. Esto puede implicar el uso de diferentes tipos de implantes para mantener unidos los huesos rotos y proporcionar una estabilidad razonable durante el proceso de curación.
Los dispositivos de fijación interna incluyen placas y tornillos de metal, clavijas de acero inoxidable (agujas de Kirschner, agujas de Kirschner) y varillas estabilizadoras que se colocan en la cavidad del hueso (clavos intramedulares, clavos intramedulares).
Es posible que le coloquen un yeso después de la cirugía. Se pueden usar diferentes tipos de yesos durante su proceso de curación. Puede comenzar con un yeso que no soporte peso para usar con muletas durante la etapa inicial de su recuperación, seguido de un yeso que soporte peso a medida que avanza la curación.
Si bien algunos implantes ortopédicos están diseñados para permanecer en el cuerpo de forma permanente, a veces puede ser necesaria una cirugía de seguimiento para extraer un implante que se colocó para sostener temporalmente el hueso durante la cicatrización. Este es a veces el caso de una fractura grave de la tibia (hueso de la espinilla) o del fémur (hueso del muslo), o cuando se utiliza un dispositivo externo (fijador externo).
Cuidado postoperatorio
La fisioterapia, estructurada por su cirujano y bajo el cuidado de un especialista con licencia, puede ayudarlo a restaurar de manera segura su fuerza, resistencia y rango de movimiento.
La inmovilización conduce a la atrofia muscular y al debilitamiento de ligamentos y tendones. La fisioterapia es clave para el éxito posterior a la recuperación.
Posibles riesgos
Los efectos secundarios de los procedimientos ORIF pueden incluir infección bacteriana, daño a los nervios, disminución del rango de movimiento y, en algunos casos, artritis. Puede producirse un acortamiento de una extremidad u otra deformidad, pero usted también podría correr el riesgo de sufrir estas complicaciones si no se somete a una cirugía.
Analice los riesgos, los beneficios y las opciones de tratamiento con su cirujano para determinar el mejor curso de tratamiento para usted.