Hugo Lin / Verywell
Si tiene diabetes, es fundamental que cuide especialmente sus pies. Esto se debe a que las complicaciones comunes de la enfermedad, en particular la alteración de la circulación sanguínea en las extremidades y el daño a los nervios (neuropatía), pueden causar problemas que van desde callosidades e infecciones fúngicas hasta úlceras (llagas abiertas) y muerte del tejido. En algunos casos, el daño puede ser tan severo que es necesaria una amputación.
Por graves que puedan ser estos problemas, prevenirlos no es complicado: estar atento y priorizar el cuidado de tus pies es la clave.
Cómo la diabetes puede afectar los pies
La mala circulación sanguínea y el daño a los nervios pueden causar una multitud de problemas en los pies. Muchos son relativamente leves y fáciles de tratar, como:
- Callos y callosidades
- Pie de atleta y otras infecciones por hongos
- Juanetes
- Dedos en martillo (dedos doblados)
- Tacones agrietados
- Uñas encarnadas
Si bien estos problemas son comunes incluso en personas que no tienen diabetes, otros problemas en los pies asociados con la diabetes pueden ser mucho más graves.
Neuropatía
La neuropatía diabética ocurre cuando la diabetes no está bien controlada, lo que permite una acumulación de glucosa en la sangre que puede hacer que los vasos sanguíneos se rompan y afecte la comunicación entre los nervios. Esto, a su vez, puede afectar la sensación en las extremidades experimentada como hormigueo, entumecimiento, dolor e incapacidad para sentir temperaturas extremas u otras sensaciones.
La pérdida de sensibilidad debido a la neuropatía puede evitar que una persona note una lesión menor en el pie, lo que permite que no se trate y se infecte. La neuropatía también se asocia con debilidad y emaciación muscular.
Úlceras
La diabetes aumenta el riesgo de enfermedad arterial periférica (EAP), un estrechamiento (oclusión) de las arterias que impide el flujo sanguíneo y el oxígeno a los dedos de las manos y los pies. Este agotamiento de oxígeno puede contribuir a la formación de úlceras, llagas abiertas que son difíciles de curar y pueden extenderse profundamente en la piel.
Para las personas con diabetes, se pueden formar úlceras no tratadas en la planta del pie o debajo del dedo gordo del pie, o en los lados de los pies debido a la fricción del zapato.
La disminución de oxígeno puede provocar la formación de úlceras.MRSA
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de contraer meticilina resistenteStaphylococcus aureus(MRSA), un tipo de infección por estafilococos que es resistente a múltiples antibióticos que pueden penetrar en las roturas de la piel.
Una infección por MRSA puede aparecer como una erupción rojiza, un pequeño forúnculo o un absceso. Hay dos categorías principales de MRSA: infección nosocomial, lo que significa que es una infección que se transmite principalmente en entornos de atención médica, o MRSA adquirido en la comunidad. Esta cepa de MRSA se transmite por contacto. Puede vivir en superficies y también se transmite por contacto de piel a piel. Se ha convertido en una gran preocupación porque el número de personas que lo contraen ha aumentado recientemente. Hay algunos antibióticos y tratamientos con antibióticos tópicos que tienen éxito en el tratamiento de MRSA, pero la reaparición aún puede ser un problema para muchas personas.
Prevención
La buena higiene y la vigilancia son fundamentales para reducir el riesgo de úlceras e infecciones, incluido el MRSA. Mantener el azúcar en sangre bajo control también puede ayudar a reducir el riesgo de todas las complicaciones del pie, incluidas llagas, úlceras y neuropatía.
Manejo del azúcar en sangre
Para controlar mejor su azúcar en sangre, use un glucómetro para medir sus niveles de azúcar en sangre varias veces al día. Esto le permitirá identificar cualquier patrón de fluctuación y le ayudará a tomar decisiones acertadas sobre su tratamiento diario.
Además, debe realizarse chequeos regulares, así como pruebas regulares de hemoglobina A1C, que brindan una imagen del control promedio de glucosa en sangre durante tres meses.
La frecuencia con la que se realiza la prueba de A1C depende de qué tan bien se controle el azúcar en sangre. La Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA) recomienda la prueba de A1C al menos dos veces al año para las personas cuyo nivel de azúcar en sangre está bien controlado y se están cumpliendo otros objetivos del tratamiento. Para aquellos que no cumplen con los controles glucémicos o que han cambiado recientemente su tratamiento, la ADA recomienda hacerse una prueba de A1C trimestralmente o con más frecuencia si es necesario.
Buenas prácticas de higiene
Para limitar su exposición a infecciones y enfermedades, siga estos consejos:
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o desinfectante de manos a base de alcohol.
- Nunca comparta toallas, maquinillas de afeitar u otros artículos personales.
- Nunca comparta plumas o agujas de insulina con otra persona.
- Si usa equipo que otros usan regularmente, como en el gimnasio, en aviones o en el metro, asegúrese de limpiar las superficies lo mejor que pueda con una toallita o spray antibacteriano antes de usarlo. o use desinfectante para manos después de que haya terminado de usar el equipo.
Cuidado regular de los pies
Ser proactivo en el cuidado de los pies es clave para evitar complicaciones.
- Inspeccione sus pies todos los días en busca de llagas y áreas abiertas.
- No andes descalzo. Mantenga sus pies cubiertos con calcetines limpios y secos y zapatos que le queden bien.
- Use calcetines blancos para que pueda notar visiblemente si se está formando sangre o pus.
- Pruebe los calcetines de compresión que funcionan para promover una buena circulación.
- Hágase chequeos regulares en el podólogo (un médico que se especializa en pies) y asegúrese de que las llagas abiertas sean tratadas rápidamente. Mantenga la llaga cubierta con un vendaje limpio y seco.
- Córtate las uñas de los pies con cuidado recortando el borde recto y luego limando las esquinas afiladas con una lima de uñas.
- Evite las pedicuras en los salones de uñas, ya que podrían exponerlo al riesgo de infección.
Es importante cambiar los hábitos que limitan la circulación y el flujo sanguíneo, como fumar o un estilo de vida sedentario.
Qué hacer si surgen problemas en los pies
Si nota una nueva ampolla, llaga u otro problema en el pie, lo mejor que puede hacer es que un profesional lo trate de inmediato. Podría ser un podólogo o su médico de cabecera. Debido a que la circulación y los nervios pueden verse afectados por la diabetes, el proceso de curación podría demorar más de lo normal, así que asegúrese de monitorear sus pies a diario para asegurarse de que el proceso de curación esté ocurriendo. Si las cosas comienzan a empeorar, vuelva a comunicarse con su proveedor de atención médica de inmediato.