La alopecia fibrosante frontal (FFA) es una afección que causa la caída del cabello (alopecia) en la parte frontal del cuero cabelludo y cerca de las sienes. El tratamiento de la afección varía, aunque ninguno puede restaurar el cabello que ya se ha perdido.
La afección también puede causar pérdida de cabello en las cejas, las axilas y otras áreas del cuerpo donde hay folículos pilosos. La afección es más común en mujeres posmenopáusicas, pero también puede ocurrir en mujeres y hombres de todas las edades.
Además de la caída del cabello, los FFA pueden causar picazón y dolor en algunos casos. La FFA se describió por primera vez en 1994, pero hoy en día se observa con una frecuencia cada vez mayor.
Diagnóstico de la alopecia fibrosante frontal
Esta foto incluye contenido que algunas personas pueden encontrar gráfico o perturbador.
Ver foto DermNet / CC BY-NC-NDEl diagnóstico de FFA se basa en el patrón de caída del cabello. Su médico también puede buscar otros signos reveladores, que incluyen:
- Enrojecimiento alrededor de los folículos pilosos.
- Escamas alrededor de los folículos
- Cicatrices sutiles en el área de la caída del cabello.
El patrón de pérdida de cabello se describe a menudo como un "signo de cabello solitario", una alusión a tener un cabello en un área sin ninguno. Para confirmar el diagnóstico, es posible que un dermatólogo deba realizar una biopsia para examinar los folículos pilosos y las células que los rodean.
Causas de la alopecia fibrosante frontal
La causa exacta de la FFA sigue siendo objeto de investigación en curso. Es probable que tanto los cambios hormonales como el sistema inmunológico desempeñen un papel en su desarrollo. El hecho de que se observe principalmente en mujeres posmenopáusicas respalda firmemente la creencia de que las hormonas y el equilibrio hormonal contribuyen al trastorno.
FFA se considera un subtipo de otra enfermedad llamada liquen planopilaris (LPP), una enfermedad autoinmune que conduce a la pérdida progresiva del cabello. La apariencia microscópica de FFF se parece mucho a la de LPP, lo que sugiere que la autoinmunidad también puede influir. De hecho, un estudio realizado en 2012 encontró que hasta el 30 por ciento de las personas con FFA tenían alguna forma de enfermedad autoinmune.
El curso de FFA puede ser variable y frustrante. Por lo general, es una enfermedad de progresión lenta, en la que algunas personas experimentan una pérdida de cabello continua, mientras que otras la padecen durante períodos de tiempo más cortos. Debido a que la FFA es una forma de alopecia que deja cicatrices, los folículos pilosos que se pierden no vuelven a crecer.
Tratamiento de la alopecia fibrosante frontal
No existe un tratamiento estándar para los FFA. El uso de esteroides fuertes, ya sea aplicados tópicamente o inyectados en el cuero cabelludo, ha tenido cierto éxito. Otros, mientras tanto, han recurrido a los medicamentos orales finasterida o dutasterida, el último de los cuales no está aprobado para tratar la calvicie de patrón masculino en los Estados Unidos. Ambos trabajan para reducir los niveles de dihidrotestosterona (DHT), la hormona responsable de la miniaturización de los folículos pilosos.
También se pueden usar ciertos antibióticos como la doxiciclina y la minociclina. Si bien la FFA en sí no es causada por una infección, estos medicamentos pueden ser beneficiosos para reducir la inflamación asociada.
La hidroxicloroquina, recetada para todo, desde el lupus hasta la artritis reumatoide, también se ha mostrado prometedora. Por lo general, se requieren varios tratamientos para aumentar los efectos beneficiosos.
Si bien tratamientos como estos han podido detener o retrasar la progresión de la caída del cabello, todavía no existe una terapia que pueda revertir la afección. Como tal, la intervención temprana todavía se considera la mejor manera de reducir el impacto desalentador de la FFA.