El cuidado de alguien con una enfermedad potencialmente mortal requiere una evaluación o "valoración" cuidadosa y exhaustiva de su dolor y otros síntomas. Ustedes son los ojos y los oídos del médico y las enfermeras que atienden a su ser querido.
Transmitirá información importante sobre el dolor y los síntomas de su ser querido al equipo de atención médica, entonces, ¿cómo puede hacerlo de la mejor manera posible? Evaluar el dolor y comunicárselo al equipo de atención médica será una de las cosas más importantes que puede hacer mientras cuida a un ser querido.
Entendiendo el dolor
Al evaluar el dolor, es importante comprender exactamente qué es el dolor. Hay varias categorías diferentes de dolor, que puede ser agudo (de aparición reciente) o crónico. Puede ser localizado o puede ser difuso.
También hay varias formas en que se genera el dolor, y estos mecanismos conducen a diferentes experiencias de dolor. Lo importante a recordar es que el dolor es siempre lo que la persona que experimenta dice que es, y ocurre cuando y donde lo describe.
Si una persona puede comunicar su dolor, será fácil registrarlo y transmitirlo a su médico. Si no pueden comunicar lo que sienten, puede ser más difícil evaluar su dolor, pero aún es posible. Para hacerlo, debe estar consciente de los signos y síntomas físicos que transmiten lo que están sintiendo.
Evaluar el dolor es algo que su proveedor de atención médica hará en cada visita o cita, pero dependerá de usted evaluar el dolor de su ser querido entre visitas profesionales. La siguiente información le resultará útil a medida que evalúe el dolor usted mismo.
Severidad del dolor
El primer paso para evaluar el dolor es averiguar qué tan grave es en el momento presente. Hay herramientas que pueden ayudar a alguien que puede comunicarse a describir la gravedad de su dolor.
Para los adultos, esto generalmente se hace con una escala numérica de 0 a 10. Zero describiría la ausencia de dolor y 10 simbolizaría el peor dolor imaginable. Pídale a su ser querido que califique su dolor en algún lugar de esa escala.
En general, estos son los niveles de dolor y sus significados:
- 0 es sin dolor.
- 1 a 3 se refiere a dolor leve.
- 4 a 6 se refiere a dolor moderado.
- 7 a 10 se refiere a dolor severo.
Hay varias escalas de calificación del dolor diferentes que se pueden usar para facilitar este proceso. Por ejemplo, una escala a la que se hace referencia como escala FLACC usa una descripción de varios signos que la persona puede estar demostrando, para estimar un número entre 1 y 10.
Estos signos incluyen apariencia facial, piernas (ya sea relajadas, tensas o pateando), actividad (ya sea acostado en silencio, retorciéndose o arqueado y sacudiéndose), llanto y consuelo.
Cuando se pide a niños pequeños o adultos no verbales que describan su dolor, la herramienta que utilizan con más frecuencia los proveedores de atención médica es la Escala de calificación del dolor Wong-Baker FACES, que se recomienda para personas de 3 años en adelante.
Con esta escala, señalaría cada rostro usando las palabras para describir la intensidad del dolor. Pídale al niño que elija la cara que mejor describa su dolor, o mire la cara de un adulto no verbal para decidir qué apariencia facial en la mesa se corresponde más con la de su ser querido.
EgudinKa / Getty ImagesNivel aceptable de dolor
Todos tendrán su propio nivel aceptable de dolor. Para algunos, puede que no haya dolor y otros tolerarán un nivel de dolor de 3 en una escala de 0 a 10. Es importante averiguar cuál es el nivel aceptable para la persona que está cuidando.
Si su ser querido está feliz con un nivel de dolor de 3, no querrá medicarlo hasta el punto de la sedación para que tenga un nivel de dolor cero. Por otro lado, algunas personas intentan tolerar niveles de dolor superiores a 4, aunque estos niveles de dolor a menudo reducen la calidad de vida.
Ubicación del dolor
La ubicación del dolor puede ser la misma cada vez que pregunte. Una persona con enfermedad hepática en etapa terminal siempre puede tener dolor en la parte superior derecha del abdomen. Sin embargo, es importante preguntar porque se puede desarrollar un nuevo dolor.
Si la ubicación es diferente o si surge un nuevo dolor, asegúrese de registrar esa información y transmítala al proveedor de atención médica de su ser querido.
Paliación y provocación
La paliación y la provocación son evaluaciones importantes que se deben realizar al evaluar el dolor. Primero, puede preguntarle a su ser querido qué mejora su dolor o qué lo "calma". Puede que solo sean analgésicos. Puede ser cambiar de posición o acostarse solo sobre su lado izquierdo.
Averiguar qué reduce el dolor no solo lo ayudará a hacer cosas que ayuden a la comodidad de su ser querido, sino que también puede brindarle al médico pistas importantes sobre la causa del dolor, si aún no se conoce.
Además, pregunte qué empeora o provoca el dolor. Nuevamente, podría ser un movimiento o estar acostado de un lado en particular. También podría ser comer o tocar. De nuevo, esto le ayudará a evitar cosas que le causen malestar y le proporcionará pistas importantes al médico.
Evaluación de signos no verbales
Como se mencionó anteriormente, puede ser difícil evaluar el dolor de alguien si no puede verbalizarlo y / o no puede señalar la escala FACES. Hay algunos signos y síntomas que una persona puede presentar si siente dolor que pueden indicarle:
- Hacer muecas o fruncir el ceño
- Retorcerse o moverse constantemente en la cama
- Gimiendo, gimiendo o lloriqueando
- Inquietud y agitación
- Parecer inquieto y tenso, tal vez levantando las piernas o pateando
- Proteger el área del dolor o retirarse del tacto a esa área
Cuantos más síntomas tenga una persona y cuanto más intensos parezcan, más comprenderá el grado de dolor que experimenta. A continuación, puede registrar su dolor como "leve", "moderado" o "severo".
Factores psicosociales
Particularmente en pacientes con enfermedades avanzadas, los factores psicológicos y sociales subyacentes a menudo juegan un papel en el dolor. Esto no hace que la experiencia del dolor sea menos real, pero en realidad invita a un enfoque más holístico del dolor para que una intervención sea efectiva.
Por ejemplo, los pacientes que viven con cáncer avanzado a menudo experimentan sensaciones de dolor con miedo y aislamiento. Estar abierto a las bases emocionales del sufrimiento del paciente que está cuidando es clave para brindar una atención eficaz y humana.
Mantener un registro
Una de las cosas más importantes que puede hacer por la persona que está cuidando es mantener un registro preciso de su dolor y de sus tratamientos para el dolor. Una vez que evalúe su dolor, registre la gravedad y la ubicación y cualquier medicamento o tratamiento que le dé.
Tome nota de si los medicamentos o tratamientos fueron efectivos. Además, escriba todo lo nuevo que le hayan dicho sobre lo que lo hace sentir mejor o peor. Esta es una excelente manera de trabajar en equipo con sus profesionales de la salud para brindarles los mejores cuidados paliativos posibles.
No es necesario que su registro de dolor sea detallado, pero algunos componentes ayudarán a sus proveedores de atención médica a evaluar mejor tanto la ubicación como la gravedad del dolor, así como los tratamientos que son o no efectivos.
La siguiente tabla es un ejemplo de un registro de dolor para alguien que tiene dolor abdominal:
Una palabra de Verywell
Al evaluar el dolor de su ser querido, puede desempeñar un papel muy importante para asegurarse de que su ser querido reciba el mejor tratamiento posible mientras sufre la menor cantidad de dolor.
Usar escalas de dolor y llevar un registro del dolor son buenas formas de objetivar un poco el dolor para que su médico sepa si es necesario un tratamiento adicional. Mantener un registro también puede alertarlo sobre cambios para que pueda comunicarse con sus profesionales de la salud lo antes posible cuando sea necesario.
Como nota final, cuidar a un ser querido con una enfermedad potencialmente mortal es quizás lo mejor que puede hacer por otro ser humano, pero también es muy agotador. En la medida de lo posible, recuerde cuidar de sus propias necesidades. Pida ayuda y esté dispuesto a recibirla. Mímese, aunque solo sea por unos minutos aquí y allá.
Puede sentirse culpable al intentar satisfacer sus propias necesidades. Pero recuerde que debe cuidarse a sí mismo si quiere brindarle a su ser querido la mejor atención posible. Recuerda los consejos que nos dan los auxiliares de vuelo antes de despegar. Primero, póngase su propia máscara de oxígeno.