Cree que puede necesitar cirugía. Quizás su médico de cabecera lo haya derivado a un cirujano o le haya sugerido que se someta a una cirugía. Tal vez un amigo tuvo la misma condición que usted y tuvo que someterse a una cirugía, por lo que tiene miedo de que usted también la tenga. No asuma que necesita cirugía; es posible que pueda recuperar su buena salud sin un procedimiento invasivo.
Imágenes de PIER / GettyHay situaciones en las que la cirugía es casi imposible de evitar. Si su apéndice está inflamado y a punto de romperse, la cirugía es el único tratamiento. Lo mismo ocurre con los huesos rotos y las emergencias médicas.
Pasos para decidir si necesita cirugía
Fuera de las emergencias, la mayoría de los pacientes se benefician al comenzar con los tratamientos menos invasivos y solo someterse a una cirugía como último recurso. Un ejemplo sería una lesión en el hombro, el tratamiento menos invasivo serían los medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, luego la terapia ocupacional o física con cirugía como último recurso.
Reúnase con un cirujano
Si su cirujano recomienda una cirugía para su afección, asegúrese de preguntar qué tratamientos están disponibles además de la cirugía. En algunos casos, la respuesta honesta es que no existen otros tratamientos. No existen medicamentos que reparen una hernia, al igual que no hay ningún ejercicio que un fisioterapeuta pueda enseñar para reparar una pierna rota.
Busque una segunda opinión
Si le preocupa que su cirujano original estuviera demasiado concentrado en la cirugía o no le brindó alternativas, es posible que desee una segunda opinión. El segundo cirujano puede estar de acuerdo con la evaluación inicial y recomendar la cirugía. Sin embargo, se pueden presentar alternativas que hagan que valga la pena su tiempo y energía para buscar tratamientos alternativos.
Considere tratamientos menos invasivos
Investigue los tratamientos que pueden funcionar tan bien como la cirugía, pero que no requieren hospitalización. Un ejemplo de esto sería un stent coronario, un dispositivo que abre arterias bloqueadas cerca del corazón. Los stents, como una cirugía de derivación cardíaca, son eficaces para tratar a algunos pacientes con enfermedad de las arterias coronarias. Para los pacientes candidatos a stents, el procedimiento menos complicado puede ser una buena alternativa.
No todas las cirugías tienen una contraparte menos invasiva, pero muchas la tienen. Además, muchas cirugías que alguna vez requirieron grandes incisiones, tiempos de curación prolongados o días de recuperación en un hospital, ahora se realizan con técnicas más avanzadas que permiten realizarlas de forma ambulatoria.
Terapia con medicamentos
En algunos casos, la terapia con medicamentos puede ser muy eficaz para el tratamiento del dolor y la inflamación. Los AINE, o medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno, pueden reducir la hinchazón y permitir la curación. También se pueden recetar analgésicos para reducir el dolor.
Terapia física u ocupacional
Con este tipo de terapias, se utilizan ejercicios especialmente dirigidos para fortalecer los músculos, reconstruir la fuerza y recuperar la movilidad. Un paciente con dolor de espalda puede usar una combinación de analgésicos y fisioterapia para desarrollar fuerza y flexibilidad, recuperar el uso completo de la espalda y evitar la cirugía.
La terapia ocupacional utiliza las mismas técnicas junto con ejercicios diseñados específicamente para ayudar a las personas con las tareas que realizan en el trabajo y en el hogar. Por ejemplo, un paciente con una lesión en el hombro cuyo trabajo requiere levantar objetos pesados puede reunirse con un terapeuta ocupacional para recuperar la capacidad de levantar cajas. La terapia también incluiría nuevas técnicas para hacer posible trabajar sin volver a lesionarse el hombro.
Cambios en la dieta y el estilo de vida
Es posible que su médico le diga que puede evitar la cirugía con cambios serios en la dieta y el estilo de vida. Puede sugerir una dieta baja en grasas, una dieta baja en colesterol o cualquier número de cambios en la nutrición. Los cambios importantes en la dieta pueden producir muchos resultados positivos.
Una nutrición adecuada puede reducir el azúcar en sangre, la presión arterial, mejorar la enfermedad de las arterias coronarias y disminuir la carga de trabajo de los órganos. Puede ser necesaria una visita con un nutricionista para explorar los cambios necesarios en la dieta. En algunos casos, la dieta puede eliminar por completo la necesidad de cirugía.
El ejercicio, si su médico lo recomienda, puede producir tantos resultados beneficiosos. Asegúrese de no exagerar y asegúrese de que su médico diga que es seguro. El ejercicio no tiene que ser extenuante para ser beneficioso. Los aeróbicos acuáticos, caminar y otras formas de ejercicio de bajo impacto pueden tener enormes beneficios sin causar estrés adicional en el cuerpo.
Por qué puede necesitar cirugía
Habrá situaciones en las que los medicamentos, la fisioterapia y los cambios en el estilo de vida no cambien su nivel de dolor ni solucionen su afección. Si le ha dado una oportunidad a las terapias no quirúrgicas sin éxito, puede ser el momento de considerar la cirugía.
Su calidad de vida es una excelente guía para decidir si someterse a una cirugía o no. El dolor puede ser una buena indicación de si se debe proceder o no. Si tiene un dolor diario que se aliviaría de forma permanente con la cirugía, su calidad de vida general mejoraría enormemente.Si actualmente no puede participar en sus actividades favoritas, pero podría hacerlo después de la cirugía, el procedimiento se convierte en una opción más atractiva.
Decidir si someterse a una cirugía ahora o más tarde
En algunos casos, la cirugía puede retrasarse pero sigue siendo necesaria a largo plazo. Un ejemplo sería un procedimiento de reemplazo de rodilla que no es absolutamente necesario en la actualidad, pero que será necesario en cinco a diez años. Los medicamentos pueden aliviar el dolor ahora, lo que permite posponer la cirugía durante algunos años, pero no de forma indefinida.
Retrasar la cirugía puede ser un buen plan o no. Si tiene setenta años y goza de buena salud, sus posibilidades de tener una cirugía exitosa y recuperación serán mejores ahora que cuando tenga ochenta, incluso si sigue gozando de buena salud. Cuanto mayor sea el paciente, mayor riesgo existe con cualquier cirugía, independientemente del tipo.
Hay muchas razones por las que una persona puede querer retrasar la cirugía temporalmente. Pueden estar cambiando de trabajo y planes de seguro, o pueden tener un evento importante en las próximas semanas que hará que la recuperación sea más difícil. Cualquiera sea la razón, hable con su cirujano sobre la demora y si causará más daño que bien.