Las narices ensangrentadas (oficialmente conocidas como epistaxis) son incómodas y dan miedo, pero la mayoría de las veces, no suelen ser peligrosas. Los niños tienen hemorragias nasales con más frecuencia que los adultos, generalmente por irritación de la membrana nasal con un traumatismo digital (hurgarse la nariz) o por otro traumatismo externo (como un balón de fútbol en la cara). Cuando los adultos tienen hemorragias nasales, podría ser un indicador de un problema médico más grave. Asegúrese de informarle a su médico si le sangra la nariz, especialmente sin un trauma físico.
Hay dos pasos principales para tratar adecuadamente una hemorragia nasal:
- Inclínese hacia adelante, no hacia atrás.
- Apriete la nariz (hay algunos consejos para hacerlo bien).
Inclinarse hacia adelante, no hacia atrás
Uno de los mayores mitos en primeros auxilios es que debe recostarse con la nariz ensangrentada, pero el tratamiento adecuado es inclinarse hacia adelante. La sangre debe ir a alguna parte y si el paciente se inclina hacia atrás o se acuesta, lo más probable es bajar por la garganta. La sangre podría entrar en la tráquea y bloquear las vías respiratorias o llegar al estómago. La sangre puede irritar el revestimiento del estómago y hacer que el paciente vomite repentinamente.
Mamá podría haberte dicho que inclinaras la cabeza hacia atrás cuando te sangrara la nariz, pero tenía un motivo oculto: no quería arruinar tu camiseta de fútbol. Pero una nariz ensangrentada puede ser peligrosa, por lo que vale la pena hacer lo correcto e inclinarse hacia adelante, independientemente de ver su camisa blanca limpia. Además, a muchas personas no les gusta ver sangre e inclinarse hacia atrás es una forma de ocultar el sangrado, sin importar que sea lo incorrecto.
Pellizcar la nariz (correctamente)
La mayoría de las personas se pellizcan la nariz instintivamente durante una hemorragia nasal, pero hay una forma correcta de hacerlo en lugar de una forma incorrecta.
Apriete la nariz del paciente justo debajo del puente óseo, no apriete las fosas nasales para cerrarlas. Los dedos deben estar sobre el hueso y sobre el tejido blando. Si todavía fluye sangre, ajuste su agarre. No debe haber sangrado visible mientras se tapa la nariz.
Cuando lo está haciendo bien, el paciente debe poder respirar por la nariz mientras está pellizcando el flujo sanguíneo.
Los vasos sanguíneos que irrigan la membrana nasal se pueden pellizcar contra el puente óseo (la parte dura). Esto detiene o ralentiza el flujo sanguíneo para permitir que se forme un coágulo y detener el sangrado. Tápese la nariz durante al menos cinco minutos. Siga estos consejos:
- No lo suelte para verificar si hay sangrado hasta que hayan transcurrido al menos los primeros cinco minutos. Si puede, mantenga la presión durante más de cinco minutos.
- Después de cinco minutos (y no antes), libere la presión para ver si el sangrado se ha detenido. Si no es así, pellizque de nuevo, pero esta vez manténgalo así durante 10 minutos. Recuerde: no lo suelte para verificar si hay sangrado hasta que pasen los 10 minutos. Si el sangrado no se detiene después de 10 minutos, repita durante otros 10 minutos si es necesario.
- Colocar hielo o una compresa fría química sobre el puente de la nariz puede contraer los vasos sanguíneos y ayudar a detener el sangrado. El hielo no curará el sangrado nasal por sí solo. Use hielo además de presión.
- Una vez controlado el sangrado, no permita que la víctima se suene la nariz. Sonarse la nariz liberará los coágulos y hará que el sangrado comience de nuevo.
Cuando ver al doctor
Si una hemorragia nasal no se detiene después del segundo o tercer intento (15 a 20 minutos de aplicar presión), es hora de consultar a un médico. También debe consultar a un médico si el sangrado se debe a una lesión como una caída o un golpe en la cara.
Si la hemorragia nasal es rápida y la persona está perdiendo suficiente sangre (más de una taza) o si la sangre baja por la parte posterior de la garganta, debe consultar a un médico. Si en algún momento el paciente se siente aturdido, mareado o débil, llame al 911. Si no lo controla, las narices sangrantes pueden provocar un shock.