La retinopatía hipertensiva es una complicación de la hipertensión crónica o presión arterial alta y afecta los vasos sanguíneos de la retina. La retina es el tejido transparente y fotosensible que recubre la parte posterior del globo ocular. La retina procesa y transforma la luz en impulsos nerviosos que viajan a través del nervio óptico hasta el cerebro donde interpretamos los impulsos como visión. Cuando nuestra presión arterial permanece alta durante demasiado tiempo, los vasos sanguíneos de nuestro cuerpo y, en particular, de los ojos pueden endurecerse o engrosarse. Cuando los vasos se vuelven demasiado estrechos debido a este engrosamiento, la retina no recibe suficiente flujo sanguíneo y se enferma porque no recibe suficiente oxígeno y nutrición.
Los síntomas de la retinopatía hipertensiva a veces son muy leves, pero algunos experimentan:
- Disminución de la visión o visión borrosa.
- Estallido de vasos sanguíneos en la parte externa del ojo (hemorragias subconjuntivales)
- Visión doble
Imágenes de Katrina Wittkamp / Getty
Los optometristas y oftalmólogos pueden diagnosticar la retinopatía hipertensiva completando un examen de la vista. La visión y la salud ocular serán examinadas por el ojo también se dilatará. Gotas especiales instiladas en el ojo hacen que la pupila se agrande de modo que las estructuras internas del ojo. Los oftalmólogos pueden usar un biomicroscopio y varios tipos diferentes de oftalmoscopios para ver las estructuras internas. A veces, es posible que se necesiten pruebas adicionales, como la tomografía de coherencia óptica (OCT) o la angiografía con fluoresceína, para ver más detalles. Estas pruebas permitirán a los médicos detectar hinchazón en la retina y una posible fuga de vasos sanguíneos. Los cambios que pueden indicar retinopatía hipertensiva son:
- Estrechamiento de las arterias: las arterias de la retina se vuelven muy delgadas.
- Cruce o corte arteriovenoso: las arterias pueden cruzar las venas de manera anormal y ejercer una presión indebida sobre ellas.
- Cableado de cobre: la pared del vaso sanguíneo cambia y se engrosa y hace que el vaso se vea como un alambre de cobre.
Las consecuencias más graves de la retinopatía hipertensiva son:
- Oclusión de la vena de la retina: a veces, debido a un corte arteriovenoso, puede ocurrir una oclusión de una rama de la vena de la retina. El vaso se ocluye y puede estallar.
- Hemorragias superficiales en forma de llama: estas son hemorragias que tienen una forma de pluma o llama en la superficie de la retina.
- Manchas de algodón: son áreas blancas superficiales de la retina que carecen de oxígeno.
- Exudados duros amarillos: este líquido amarillo es la deposición de lípidos intrarretinianos de los vasos retinianos con fugas.
- Inflamación del disco óptico: la hinchazón del disco óptico en la retinopatía hipertensiva a menudo se denomina crisis hipertensiva y el tratamiento debe administrarse de inmediato.
Otros problemas médicos que pueden ocurrirle al ojo debido a la hipertensión incluyen:
- Neuropatía óptica isquémica anterior
- Oclusión de la vena central de la retina
- Oclusión de la arteria retiniana de marca
- Parálisis de pares craneales
- Empeoramiento de la retinopatía diabética
- Glaucoma neovascular
- Macroaneurismas
- Síndrome de isquemia ocular
El tratamiento de la retinopatía hipertensiva comienza con el control de la hipertensión. Algunas de las complicaciones pueden ser tratadas por un oftalmólogo con medicamentos inyectables en el ojo, así como con tratamientos con láser y cirugía.
La retinopatía hipertensiva se puede prevenir o minimizar tomando medicamentos para la presión arterial con regularidad, haciendo ejercicio de forma regular, reduciendo la ingesta de sal y evitando fumar.