Es posible que haya notado que a medida que envejece, su sentido del gusto comienza a cambiar. No, no estamos hablando del creciente atractivo de los zapatos cómodos o de los pantalones deportivos realmente elásticos, sino de las estructuras sensoriales dentro de la boca. Tal vez esa receta de chile necesita más pimienta de cayena que antes, o las verduras verdes simplemente no saben bien. También puede notar que su sentido del olfato cambia con la edad. ¿Qué esta pasando?
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Sabor y Crianza
Primero, un poco de fisiología del gusto: las protuberancias o papilas gustativas que ves cuando sacas la lengua en el espejo están formadas por células epiteliales especializadas. Organizados alrededor y dentro de estos están sus papilas gustativas, solo visibles con la ayuda de un microscopio. La persona promedio tiene alrededor de 4.600 papilas gustativas en la lengua. Además, las papilas gustativas se pueden encontrar en el paladar, en el esófago y en la parte posterior de la garganta. Responden a cinco estímulos básicos del gusto: dulce, salado, ácido, amargo y el más recientemente reconocido "umami", los sabores salados de ciertos aminoácidos.
Los receptores del gusto son héroes en el mundo de la renovación celular y se regeneran cada 10 días. Sin embargo, se cree que con la edad las papilas gustativas simplemente no se reproducen al mismo ritmo. Y menos papilas gustativas se tradujeron en una disminución de la percepción del sabor. Las membranas celulares, que transmiten señales desde las papilas gustativas al cerebro, también cambian con el tiempo y se vuelven menos efectivas.
Algunas personas mayores se aferran a su sentido del gusto con poca disminución. Otros, especialmente aquellos que sufren de sequedad de boca o que están tomando ciertos medicamentos, como antihistamínicos o antidepresivos, pueden perder gran parte de su percepción del gusto. Ciertas afecciones, como accidente cerebrovascular, parálisis de Bell, enfermedad de Parkinson, diabetes y depresión, también pueden causar pérdida o alteración del gusto. Incluso las extracciones de dientes pueden dañar los nervios que transmiten la sensación del gusto al cerebro.
Olor y envejecimiento
Las células sensoriales dentro de la nariz transmiten mensajes olfativos u olfativos al cerebro. Con el tiempo, estos receptores del olfato, como los del gusto, dejan de regenerarse con la misma rapidez. También son más vulnerables a los daños causados por contaminantes ambientales como la contaminación del aire, el tabaquismo y los microbios. Enfermedades como el derrame cerebral, la epilepsia y varios medicamentos también pueden afectar la forma en que el cerebro percibe el olfato. Lo bien que olemos también juega un papel importante en lo que probamos. Probablemente sea un sentido del olfato menguante o anosmia lo que explica la mayoría de los cambios en el gusto con la edad.
Un gran estudio en Wisconsin encontró que casi dos tercios de las personas entre las edades de 80 y 97 tenían algún tipo de deterioro del olfato. Los investigadores concluyeron que hasta 14 millones de adultos mayores en los Estados Unidos tienen un sentido del olfato disminuido.
Consecuencias
En el extremo menor, una pérdida de la percepción del gusto puede hacer que la cena sea menos agradable. Pero para los ancianos, la desnutrición es un peligro real, ya sea por comer menos o por tomar decisiones menos nutritivas.
Las personas cuya sensibilidad a las gotas de sal pueden agregar demasiada sal a sus alimentos, un riesgo potencial si tienen presión arterial alta. Una sensibilidad reducida al dulzor es un peligro para los diabéticos si agregan azúcar extra para compensar. Además, un sentido del gusto alterado puede hacer que los viejos favoritos, como las frutas y verduras, sean menos atractivos. Se ha demostrado que esto erosiona la inmunidad a las enfermedades, incluso cuando las calorías consumidas siguen siendo las mismas.
Hacer frente a los cambios
Es probable que una pérdida en la percepción del sabor relacionada con la edad no sea reversible. Sin embargo, algunas causas, como pólipos u otras masas que obstruyen los senos nasales, infección o inflamación, pueden ser temporales, por lo que es posible que desee considerar la posibilidad de visitar a un especialista en oído, nariz y garganta para realizar más investigaciones. Mientras tanto, aquí hay algunas cosas que puede hacer si usted o alguien a quien cuida está luchando con cosas que no saben bien:
- Realce el sabor: las especias pueden realzar el sabor de un alimento, pero muchas personas mayores no las toleran. Si las especias no molestan a su sistema gastrointestinal, ¡disfrútelo! Evite la sal, especialmente si sufre de presión arterial alta. Se pueden agregar sabores simulados, como tocino o queso, a las sopas y verduras para hacerlas más sabrosas. Pruebe sabores ácidos como el limón para aumentar el flujo de saliva.
- Realce el aroma: sazone el pollo, la carne de res y el pescado con adobos bajos en sodio; por ejemplo, el pollo se puede marinar con sabor a pollo para intensificar su aroma.
- Agregue variedad: evite la fatiga sensorial al tener una variedad de alimentos y texturas en su plato. Luego intente cambiar de un artículo a otro entre bocados para mantener sus papilas gustativas encendidas.
- Juegue con la temperatura: Es posible que los alimentos que estén demasiado calientes o demasiado fríos no se prueben tan bien; intente variar la temperatura para maximizar el sabor de la comida.
Hay muchos factores más allá del sabor puro que afectan cuánto disfrutamos de nuestra comida. Experimente con la presentación e incluso el tamaño de un bocado para maximizar su placer de comer a medida que envejece.