La hipertensión no suele causar síntomas notables. Cuando lo hace, es posible que experimente mareos, dificultad para respirar, dolores de cabeza y hemorragias nasales, lo que podría indicar que su presión arterial es alta. Pueden ocurrir complicaciones como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e insuficiencia renal si la hipertensión a largo plazo no es tratado adecuadamente. Una emergencia hipertensiva, que es un evento poco común y peligroso, puede causar visión borrosa, náuseas, dolor de pecho y ansiedad.
© Verywell, 2018Síntomas frecuentes
En general, la gran mayoría de las personas que tienen hipertensión, que se describe como presión arterial alta crónica (> 130 mm Hg o presión diastólica> 80 mm Hg), no experimentan ningún síntoma de la afección. Por lo general, se diagnostica en el consultorio del médico con una simple medición de la presión arterial utilizando un manguito de presión arterial.
Los síntomas que ocurren, si están presentes, pueden indicar fluctuaciones o elevaciones temporales de la presión arterial y pueden estar relacionados con el momento en que se administran las dosis de los medicamentos. Generalmente, los síntomas de la hipertensión pueden ocurrir en cualquier momento, no duran mucho y pueden reaparecer. Incluyen:
- Dolores de cabeza recurrentes: los dolores de cabeza son bastante comunes entre las personas con o sin hipertensión. Algunas personas con hipertensión notan cambios o empeoramiento de los dolores de cabeza cuando se omiten medicamentos o cuando la presión arterial aumenta más de lo normal. Los dolores de cabeza asociados con la hipertensión pueden ser leves, moderados o severos y pueden ser de naturaleza pulsátil.
- Mareos: las personas con hipertensión pueden notar mareos en relación con las dosis de medicamentos y las fluctuaciones de la presión arterial.
- Dificultad para respirar: La hipertensión puede causar dificultad para respirar como resultado del efecto sobre la función cardíaca y pulmonar. La dificultad para respirar es más notoria con el esfuerzo físico o el ejercicio.
- Sangrado nasal: puede ser más propenso a sufrir hemorragias nasales si tiene hipertensión, aunque, en general, las hemorragias nasales no son un signo clásico de presión arterial alta.
Síntomas raros
Es más probable que la presión arterial extremadamente alta que se presenta repentinamente produzca síntomas notables que la hipertensión crónica. Sin embargo, es importante saber que incluso la presión arterial muy alta puede no producir síntomas.
La hipertensión arterial grave se define como una presión sistólica de> 180 mm Hg o una presión diastólica de> 120 mm Hg. Las personas con hipertensión arterial grave pueden desarrollar síntomas rápidamente, que incluyen:
- Visión borrosa u otras alteraciones de la visión: la visión borrosa y los cambios en la visión son señales de advertencia de que podría estar en riesgo de tener un problema de salud grave, como un derrame cerebral o un ataque cardíaco.
- Dolores de cabeza: los dolores de cabeza asociados con la presión arterial muy alta tienden a ser de naturaleza palpitante y pueden desarrollarse rápidamente.
- Mareo: el mareo de la presión arterial muy alta se describe como vértigo (una sensación de que la habitación está dando vueltas).
- Náuseas, vómitos o pérdida del apetito: las náuseas asociadas con la hipertensión severa pueden desarrollarse repentinamente y pueden estar asociadas con mareos.
Urgencia hipertensiva
Un tipo de presión arterial alta sin síntomas graves se denomina urgencia hipertensiva.
La urgencia hipertensiva se define como una presión arterial sistólica de> 180 mm Hg y una presión arterial diastólica de> 120 mm Hg. Esta presión arterial se considera lo suficientemente alta como para ponerlo en grave riesgo de eventos repentinos que pongan en peligro su vida.
En situaciones de urgencia hipertensiva, no hay falla orgánica u otras condiciones críticas inmediatas, pero estas condiciones podrían desarrollarse rápidamente si la presión arterial no se controla rápidamente.
Complicaciones
La hipertensión no tratada causa complicaciones graves, incluido el daño orgánico. Con menos frecuencia, puede ocurrir una condición llamada emergencia hipertensiva, que también se puede llamar crisis hipertensiva o hipertensión maligna.
Emergencia hipertensiva
Una emergencia hipertensiva, a diferencia de la urgencia hipertensiva que suena similar, se caracteriza por complicaciones graves que ponen en peligro la vida. Una emergencia hipertensiva significa que la presión arterial es> 180 mm Hg o la presión diastólica es> 120 mm Hg y que se está produciendo daño en los órganos diana. Los signos y síntomas pueden incluir dificultad para respirar, ansiedad, dolor de pecho, frecuencia cardíaca irregular, confusión o desmayos.
Ruptura de aneurisma
Un aneurisma, que es un bulto en la pared de una arteria, puede formarse debido a varias causas. Los aneurismas pueden ocurrir en la aorta, el cerebro y los riñones. La hipertensión contribuye a la formación de aneurismas, y los aumentos repentinos de la presión arterial pueden aumentar el riesgo de rotura de un aneurisma, un evento grave que puede ser fatal.
Enfermedad vascular
La hipertensión aumenta el riesgo de enfermedad vascular, caracterizada por aterosclerosis (endurecimiento y rigidez de los vasos sanguíneos) y estrechamiento de las arterias. La enfermedad vascular puede afectar los vasos sanguíneos de las piernas, el corazón, el cerebro, los riñones y los ojos, provocando una variedad de síntomas discapacitantes o potencialmente mortales.
La alta presión afecta la contracción de la pared arterial.Enfermedad del corazón
La hipertensión contribuye al desarrollo y empeoramiento de la enfermedad de las arterias coronarias, arritmias cardíacas e insuficiencia cardíaca.
Insuficiencia renal
La hipertensión puede afectar los riñones, ya que sus vasos sanguíneos se vuelven menos capaces de funcionar con eficacia; Es posible que se produzcan daños permanentes.
Enfermedad respiratoria
La enfermedad respiratoria puede desarrollarse como consecuencia de una enfermedad cardíaca, que se manifiesta como dificultad para respirar con el esfuerzo.
Cuando ver a un doctor
Es importante acudir a sus chequeos periódicos con su médico. La hipertensión es una afección común y, si se detecta, se puede tratar con medicamentos para prevenir complicaciones.
Sin embargo, si experimenta alguno de los síntomas de la hipertensión, como dolores de cabeza frecuentes, mareos recurrentes, hemorragias nasales, dificultad para respirar, náuseas o vómitos, no espere, hable con su médico de inmediato.
La hipertensión requiere visitas regulares a su médico para controlar su progreso. Si ya está tomando medicamentos para la presión arterial y experimenta algún efecto secundario relacionado, comuníquese con su médico para ver si es necesario ajustar su régimen.
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Cuándo ir al hospital
Una emergencia hipertensiva requiere atención médica de emergencia inmediata.
Los síntomas de una emergencia hipertensiva incluyen:
- Dolores de cabeza severos
- Dolor de pecho
- Palpitaciones
- Dificultad para respirar
- Mareos intensos o sensación de desmayo.
- Cambios de visión
- Debilidad, entumecimiento, hormigueo en los brazos, piernas o cara en uno de ambos lados.
- Dificultad para hablar o comprender palabras.
- Confusión o cambios de comportamiento
No intente reducir la presión arterial extremadamente elevada en usted o en otra persona. Si bien el objetivo es reducir la presión arterial antes de que se desarrollen complicaciones adicionales, la presión arterial debe reducirse en el transcurso de horas o días, según la gravedad. Es importante no bajar la presión arterial demasiado rápido, porque las reducciones rápidas de la presión arterial pueden cortar el suministro de sangre al cerebro y provocar daño cerebral o la muerte.
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