Aproximadamente el 40% de todos los dolores de columna crónicos están relacionados con un problema en uno o más discos intervertebrales. Si tiene dolor crónico de cuello o lumbalgia, hay muchas causas que pueden estar contribuyendo a ello. Si no tiene una hernia de disco, otra posible causa podría ser el dolor discogénico.
Se cree que el dolor discogénico ocurre en relación con la degeneración del disco, una condición en la que las propiedades físicas y químicas del disco se deterioran lentamente. Pero el problema es que los discos degenerados no siempre causan dolor, y los expertos aún tienen que explicar esta relación en su totalidad.
Causas
La teoría dice que el dolor discogénico ocurre cuando los receptores nerviosos ubicados en la parte externa del anillo están irritados.
La inflamación u otras condiciones en el disco pueden irritar estos receptores nerviosos. Por ejemplo, si los químicos inflamatorios de un desgarro anular llegan a los nervios en la parte exterior del anillo, el desgarro puede ser la causa de su dolor discogénico. Este tipo de lesión se llama ruptura del disco interno o IDD.
Es probable que la genética desempeñe un papel en la formación del dolor discogénico. La genética puede influir en la composición química de los discos y puede aumentar la probabilidad de que se produzcan ciertos cambios metabólicos en el cuerpo. El resultado es que los discos se secan más rápido de lo normal, lo que los hace menos capaces de soportar la carga espinal de manera uniforme. Luego, el desgaste diario normal ejerce presión sobre una o algunas áreas pequeñas del disco, lo que aumenta el riesgo de un desgarro anular. También puede ocurrir daño al borde de la vértebra adyacente al disco.
Junto con la genética, los factores nutricionales y mecánicos, así como el suministro de nutrientes al disco, también pueden influir en el dolor discogénico.
Factores de riesgo
El dolor discogénico ocurre con mayor frecuencia en personas de mediana edad y ancianos.
Síntomas
El síntoma principal del dolor discogénico es un dolor adolorido que no se refiere a su pierna o brazo y no está asociado con una disminución de la capacidad para usar sus extremidades.
En la zona lumbar, el dolor suele empeorar cuando se comprime la columna. Actividades como sentarse, agacharse, toser y estornudar tienden a provocarlo, mientras que acostarse tiende a aliviarlo.
En el cuello, puede haber dolor al girar o inclinar la cabeza. El dolor puede empeorar si mantiene la cabeza en una posición durante demasiado tiempo. Los espasmos musculares a veces acompañan al dolor discogénico en el cuello.
Diagnóstico
Una resonancia magnética es típicamente el primer paso después de las radiografías para diagnosticar el dolor discogénico; sin embargo, es posible que no siempre detecte la causa del dolor. También se puede utilizar una discografía para ayudar con el diagnóstico. Los discogramas se utilizan para confirmar definitivamente que el dolor surge de un disco o discos específicos. Sin embargo, varios investigadores han descubierto que, debido a la naturaleza subjetiva del discograma, puede producir resultados falsos positivos, especialmente si tiene dolor por otras fuentes, si tiene una discapacidad mental o si tiene miedo al dolor. Sin embargo, existen pautas para la técnica de prueba que pueden ayudar a mantener una tasa baja de resultados falsos positivos. Como se mencionó anteriormente, es posible que tenga dolor u otras sensaciones en el brazo o la pierna. Estos se denominan síntomas radiculares. Pero la radiculopatía y el dolor discogénico no son el mismo trastorno. Al igual que la radiculopatía, el dolor discogénico también puede resultar de la irritación de los nervios.
La diferencia es que la radiculopatía afecta las raíces de los nervios espinales, mientras que el dolor discogénico irrita los nervios ubicados en los anillos externos del anillo. (El anillo es la cubierta fibrosa resistente del disco intervertebral. Contiene y protege el núcleo pulposo ubicado en el centro).
Puede ser difícil determinar la fuente exacta del dolor cuando se elabora un diagnóstico.
Sin embargo, la distinción marcará la diferencia en el trato que reciba.
Tratamiento
El dolor discogénico puede desaparecer por sí solo o puede aparecer y desaparecer. La atención conservadora suele ser el primer tipo de tratamiento que se prueba. Puede incluir controlar el dolor con antiinflamatorios, hielo y / o calor y fisioterapia. La fisioterapia puede consistir en ejercicios de espalda, tracción y otros tratamientos. Una inyección puede ayudar a calmar el dolor y hacer que se sienta más cómodo.
En lo que respecta a una cirugía, generalmente no es necesaria, pero los casos individuales pueden diferir. Pero si tiene un dolor debilitante durante 3 meses o más y / o tiene inestabilidad espinal, puede ser una opción. Pregúntele a su médico acerca de sus opciones.
La cirugía más común para el dolor discogénico es la fusión espinal. Sin embargo, su uso en este entorno no siempre proporciona alivio. En los Estados Unidos, el número de cirugías de columna realizadas ha ido en aumento desde principios de la década de 1990, y un estudio sugiere que hasta un 17% son innecesarias, aunque las diferencias en las preferencias y criterios de los cirujanos pueden influir en este hallazgo. Degeneración de disco es parte del envejecimiento, pero esto no significa automáticamente que necesite una fusión espinal cuando aparece el dolor. Asegúrese de investigar sus opciones, incluidos sus proveedores de atención médica, y trabaje con su médico elegido para determinar el mejor curso de acción para usted.