El broncoespasmo inducido por el ejercicio (BIE) es una afección en la que los bronquios y los bronquiolos (las vías respiratorias de los pulmones) responden al esfuerzo físico contrayéndose (estrechándose). Esto desencadena sibilancias, sensación de opresión en el pecho y otros síntomas que tienden a desaparecer poco después de que finaliza la actividad. El EIB se diagnostica con varias de las mismas pruebas que se utilizan para determinar la causa de otros tipos de problemas respiratorios. La afección es común entre los atletas de élite y afecta del 5% al 20% de la población. Si se encuentra entre los que tienen EIB, no tendrá que renunciar a sus entrenamientos: la afección se puede controlar con medicamentos y otras medidas.
Aunque un episodio de BIE puede parecerse a un ataque de asma, el BIE y el asma inducido por el ejercicio son afecciones distintas. Es completamente posible que alguien que no tiene asma tenga broncoespasmo inducido por el ejercicio.
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Síntomas de broncoespasmo inducidos por el ejercicio
La constricción de las vías respiratorias durante un episodio de EIB generalmente causa algunos o todos los siguientes síntomas:
- Toser
- Respiración dificultosa
- Sibilancias (un ruido respiratorio distintivo que indica angustia y también es común en el asma)
- Fatiga y disminución del rendimiento deportivo.
- Opresión en el pecho
Causas
La fisiopatología del broncoespasmo inducido por el ejercicio no se comprende completamente. Una teoría es el aumento de la frecuencia respiratoria que se produce durante el ejercicio y el hecho de que durante el esfuerzo físico muchas personas tienden a respirar por la boca hace que el aire que llega a los pulmones esté más seco de lo habitual. (La inhalación por la nariz hidrata el aire).
El aire más seco y, a menudo, más frío pone en movimiento una serie de reacciones que conducen a la liberación de sustancias químicas inflamatorias como la histamina y las interleucinas.
Tiene un mayor riesgo de experimentar EIB si respira aire con contaminantes químicos o polen. Nadar en agua de piscina clorada también se asocia con síntomas de broncoespasmo.
Otros factores que aumentan el riesgo de EIB incluyen el tipo de ejercicio en el que participa; la natación y las carreras de larga distancia, por ejemplo, son de alto riesgo. Las condiciones subyacentes como el asma, el eccema o la rinitis alérgica también se asocian con el broncoespasmo inducido por el ejercicio.
Diagnóstico
El brocoespasmo inducido por el ejercicio generalmente se diagnostica con cualquiera de varias pruebas:
- Prueba de desafío con ejercicio, que comenzará con una prueba básica llamada espirometría mientras está en reposo para determinar una medida de referencia de su respiración. Luego participará en alguna forma de actividad durante seis a 10 minutos, a menudo en una cinta de correr, después de lo cual se tomará otra medición de espirometría y se comparará con la primera.
- Prueba de provocación sustituta: esta prueba implica inhalar una sustancia específica, generalmente histamina, manitol o metacolina, para ver si desencadena una broncoconstricción. También se le puede pedir que respire aire muy seco que contenga un 5% de dióxido de carbono o solución salina hipertónica.
- Volumen espiratorio forzado: algunos médicos utilizan pruebas de volumen espiratorio forzado (FEV) antes (para determinar una línea de base) y después del ejercicio, aunque este método para diagnosticar EIUB se considera muy preciso.
Tratamiento
Un diagnóstico de broncoespasmo inducido por el ejercicio no significa que deba dejar de hacer ejercicio o realizar las actividades físicas que disfruta. De hecho, el ejercicio cardiovascular en particular puede ayudar a mejorar su condición. Su médico podrá elegir entre una variedad de opciones de tratamiento que le permitirán mantenerse activo sin activar su EIB.
Tratamientos no farmacológicos
Cuando haga ejercicio en un clima frío y seco, es útil usar una bufanda o máscara holgada sobre la boca y la nariz para humedecer y calentar el aire que respira. Si es nadador, puede reducir sus síntomas si utiliza una piscina con una concentración baja de cloraminas, ya que se sabe que estos productos químicos exacerban los síntomas del BIE.
Calentar antes del ejercicio puede ser beneficioso, aunque no hay evidencia definitiva de que este sea el caso.
Si tiene alergias al polen, puede ser beneficioso hacer ejercicio en interiores los días en que los recuentos de polen en su área son altos. Una dieta baja en sal y rica en antioxidantes también puede ayudar a reducir los síntomas del BIE.
Medicamentos
Los medicamentos que se usan con más frecuencia para tratar la EIB pertenecen a una clase de medicamentos conocidos como agonistas beta de acción corta. Estos incluyen albuterol y levalbuterol inhalados. Estos medicamentos se inhalan usando un dispositivo llamado espaciador, generalmente de 15 a 20 minutos antes del ejercicio. La instrucción precisa sobre el uso del inhalador / espaciador es muy importante para el alivio efectivo de los síntomas.
El albuterol es comúnmente recetado, generalmente bien tolerado y permitido por muchas organizaciones atléticas. Sin embargo, pueden producirse efectos secundarios que incluyen un aumento de la frecuencia cardíaca y ansiedad. La tolerancia al medicamento y la disminución de la efectividad pueden ocurrir con el uso prolongado.
Otros medicamentos que se usan a veces incluyen formoterol, cromoglicato sódico o terbutalina. Es posible que algunas asociaciones deportivas no permitan estos medicamentos.
Manejo de condiciones subyacentes
Si, además de EIB, también tiene alergias, asma o ambos, el manejo de estas afecciones subyacentes será una parte importante del control de los síntomas de EIB.
Las personas con asma subyacente no deben evitar el ejercicio y pueden beneficiarse del uso de albuterol o un medicamento similar de cinco a 15 minutos antes del ejercicio.
Además, los medicamentos a largo plazo para controlar el asma se utilizan con frecuencia y pueden incluir: antagonistas de leucotrienos como Singulair (montelukast) o glucocorticoides inhalados como beclometasona o fluticasona. Es posible que estas medicinas no estén permitidas o se requiera que sean "declaradas" por asociaciones atléticas.
Si tiene alergias subyacentes, es posible que deba controlar sus síntomas con medicamentos como antihistamínicos (difenhidramina, cetirizina, loratadina, fexofenadina) o aerosoles nasales como fluticasona o mometasona.
La inmunoterapia (inyecciones para la alergia) también puede ser una opción para tratar las alergias subyacentes. Trabajar con un médico que se especializa en el tratamiento de alergias, llamadoinmunólogo, puede ayudarlo a decidir las mejores opciones de tratamiento para usted y ayudarlo a controlar sus alergias.