A medida que avanza nuestra enfermedad, a menudo también somos testigos de la disminución de nuestra productividad. Esto puede deberse en parte a un aumento de los síntomas motores y la discapacidad que los acompaña, pero también puede ser el resultado de un síntoma no motor insidioso y bastante común de la enfermedad de Parkinson: la apatía. Se estima que aproximadamente del 40 al 45% de los pacientes de Parkinson sufren de apatía. Sin embargo, es probable que este número sea una subestimación dada la vaguedad del síntoma, lo que hace que sea más difícil de reconocer, lo que conduce a un subregistro.
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La apatía puede definirse como una falta de interés o "motivación, no en el contexto de angustia emocional, deterioro intelectual o disminución de la conciencia". A diferencia de la pérdida de motivación que se observa en la depresión, solo en la apatía, no hay un estado de ánimo depresivo coexistente. Puede manifestarse como una falta de iniciativa propia para comenzar o completar tareas necesarias o aprender cosas nuevas y autodirigir metas y planes futuros. Esta falta de comportamiento dirigido a objetivos y también la falta de respuesta emocional pueden tener un impacto negativo significativo en todas las áreas de la vida: personal, social y ocupacional. De hecho, otros pueden malinterpretar la apatía como algo similar a la pereza o al desprecio y desinterés intencionados, lo que afecta las relaciones e interacciones. Esto tiene un efecto perjudicial en la calidad de vida personal y contribuye al estrés que experimentan los cuidadores y los seres queridos.
Cómo las personas con Parkinson pueden vencer la apatía
Después de una evaluación de sus síntomas y un diagnóstico de apatía, su médico puede hablar sobre medicamentos dirigidos a aumentar la energía (como metilfenidato) u otros medicamentos dirigidos a los sistemas dopaminérgico, colinérgico y serotoninérgico (ciertos antidepresivos o antipsicóticos). Pero lo más importante son los cambios de comportamiento que debemos realizar nosotros mismos.
- Establezca un horario: utilizando cualquier medio que prefiera (tecnología o lápiz y papel), establezca un horario diario. Incorpore su rutina de cuidado personal que incluya ejercicio, actividades de atención plena, etc., responsabilidades domésticas y familiares y deberes ocupacionales. No se limite a hacer una lista, asigne tiempos para abordar cada tarea y mucho tiempo suficiente para completar cada elemento. Asegúrese de cumplir con el horario a lo largo del día y marque las tareas de su lista a medida que las realiza.
- Recompénsese: una vez que haya completado con éxito una meta preestablecida, recompénsese con un poco de “tiempo para mí” o una caminata o interacción social, lo que sea que aún pueda disfrutar.
- Hágase responsable: a veces, la mejor motivación es la motivación de otra persona. Si, por ejemplo, desea comenzar a realizar caminatas diarias pero le resulta difícil iniciar esta actividad, entonces tener un compañero de caminata que lo motive independientemente de su propio impulso interno para hacerlo, puede mantenerlo encaminado.
- Empiece despacio: si ha sido apático durante mucho tiempo, puede resultarle difícil realizar varias actividades a la vez con éxito. Pero los pequeños avances que tienen éxito pueden considerarse como "victorias" que comienzan a motivar futuras y mayores acciones.
- Siéntete mejor físicamente con el ejercicio: el ejercicio tiene una serie de beneficios tangibles en la enfermedad de Parkinson y se ha demostrado que aumenta la motivación y el interés, lo que reduce la apatía y aumenta la productividad. Le da más energía y puede causar un aumento de endorfinas y otras sustancias químicas en el cerebro que elevan el estado de ánimo y mejoran la motivación.
- El sueño es importante: la alteración del sueño, desafortunadamente, también es bastante común en la enfermedad de Parkinson. La fatiga resultante causada por la falta de sueño combinada con la apatía conduce a problemas importantes. A través de una cuidadosa higiene del sueño y asistencia médica, si el sueño y la fatiga mejoran y no hay factores de complicación significativos, la apatía puede ser más fácil de manejar.
- No se aísle: estar rodeado de la energía de otras personas y participar en conversaciones y actividades interesantes no solo puede hacer que se sienta mejor, sino que también puede ayudar a generar motivación: acción dirigida.
El concepto de la enfermedad de Parkinson desapareció hace mucho tiempo como un trastorno del movimiento únicamente. Esta es una enfermedad mucho más generalizada con síntomas que afectan nuestra propia motivación, nos hacen perder el interés en la vida y entorpecen nuestras respuestas emocionales. Y como todo lo demás en esta enfermedad, un problema como la apatía requiere su manejo activo. Ya sea que esté motivado para abordar el problema o no, su calidad de vida depende de ello.