La mayoría de las personas con linfoma notan por primera vez el agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle. También pueden tener fiebre, pérdida de peso y otros síntomas vagos que pueden simular otras enfermedades. Su médico puede sospechar un linfoma basándose en los síntomas que usted tiene o en las exploraciones de las partes afectadas de su cuerpo.
B. Boissonnet / Getty ImagesLa biopsia es el primer paso
Para realizar una prueba de linfoma, un médico realizará una biopsia por escisión, tomando una pequeña muestra de tejido de los ganglios u órganos afectados. Un patólogo observará la muestra de la biopsia al microscopio. La mayoría de los pacientes recibirán una biopsia de ganglio linfático, pero si el linfoma afecta órganos como la piel, el cerebro o el estómago, es posible que se requiera una biopsia de estos órganos. Si un médico inicialmente solicita una citología por aspiración con aguja (llamada FNAC) y resulta ser linfoma, vale la pena hacer una biopsia para obtener más tejido y obtener un diagnóstico más detallado.
Determinando el tipo
El diagnóstico de linfoma no es información suficiente para que un médico le dé el tratamiento adecuado. También debe determinar cuál de los dos tipos principales de linfoma, linfoma de Hodgkin o no Hodgkin (LNH), tiene un paciente. El tipo de linfoma se puede identificar por la apariencia física de las células cancerosas bajo el microscopio o mediante el uso de marcadores que identifican moléculas especiales en las células del linfoma. Es importante que un patólogo experto en linfoma tome la determinación.
Pruebas después del diagnóstico
Una vez que el diagnóstico de linfoma es claro, es necesario realizar una serie de pruebas para ver qué tan lejos se ha propagado la enfermedad y qué órganos están involucrados. Se pueden realizar exploraciones de diferentes partes del cuerpo, así como una prueba de médula ósea, si el médico lo considera necesario. Además, algunos análisis de sangre pueden mostrar qué tan avanzada está la enfermedad y si el paciente está en condiciones de recibir tratamiento con quimioterapia. Una vez que se realizan estas pruebas, el oncólogo puede discutir las opciones de tratamiento con el paciente.