No hay evidencia de que la enfermedad de Parkinson, un trastorno cerebral neurodegenerativo (lo que significa que las células cerebrales se deterioran), sea contagiosa. Sin embargo, en personas con una predisposición genética a la enfermedad, la investigación sugiere que ciertos virus pueden, en algunos casos, actuar como desencadenantes al atacar el sistema nervioso central y desencadenar una cascada neuroinflamatoria.
Sam Edwards / Getty ImagesEnfermedad de Parkinson y dopamina
La enfermedad de Parkinson se desarrolla lentamente con el tiempo en la mayoría de las personas; algunas personas viven con la enfermedad durante años antes de ser diagnosticadas. Con el tiempo, las células cerebrales de una persona (llamadas neuronas) dejan de producir un neurotransmisor llamado dopamina. La dopamina es una sustancia química que le ayuda a tener movimientos musculares suaves y coordinados.
Cuando la mayoría de las células productoras de dopamina se dañan, aparecen los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Cuando su cerebro comienza a trabajar con menos dopamina, se vuelve menos capaz de controlar sus movimientos, cuerpo y emociones. Estos síntomas afectan a las personas de manera diferente y en momentos diferentes. En algunas personas, se necesitan años para llegar a una etapa avanzada, mientras que en otras la enfermedad progresa mucho más rápidamente.
Síntomas
Los síntomas incluyen temblores o temblores, letra pequeña, pérdida del olfato, dificultad para dormir, dificultad para moverse o caminar, estreñimiento, voz suave o baja, mareos o desmayos, agacharse o encorvarse y una cara enmascarada (una expresión seria, enojada, o mirada deprimida en su rostro cuando no se siente así).
La enfermedad de Parkinson en sí no es mortal, pero las complicaciones de la enfermedad pueden ser graves. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las complicaciones de la enfermedad de Parkinson se ubican como la decimocuarta causa de muerte en los Estados Unidos. Alrededor del 10 al 15 por ciento de todos los casos de Parkinson son genéticos. El otro 85 a 90 por ciento de los casos son "idiopáticos", lo que significa que se desconoce la causa exacta.
Tratamiento
Actualmente no existe cura para el Parkinson. Los médicos tratan los síntomas centrándose en la calidad de vida. La mayoría de las veces, será atendido por un equipo de médicos que pueden tratar todos sus síntomas según sea necesario. Es posible que lo atienda un neurólogo general, una enfermera, un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional, un trabajador social, un patólogo del habla y el lenguaje y un especialista en trastornos del movimiento. Este último tiene entrenamiento adicional en la enfermedad de Parkinson y puede ayudar a tratar los problemas que enfrenta en cada etapa de la enfermedad. Un neurólogo es un médico que se especializa en trastornos que afectan el cerebro, la médula espinal y los nervios.