La linfadenitis es una infección de los ganglios linfáticos caracterizada por ganglios inflamados y dolorosos. Los ganglios linfáticos infectados suelen ser una infección secundaria causada por una bacteria, virus u hongo en otra parte del cuerpo. La linfadenitis puede extenderse rápidamente a otros ganglios en todo el cuerpo y requiere un tratamiento inmediato con antibióticos, antivirales o medicamentos antimicóticos.
FatCamera / Getty ImagesTipos de linfadenitis
Los ganglios linfáticos son glándulas con forma de riñón que forman parte del sistema linfático, que es una intrincada red de órganos, vasos y glándulas que recorren todo el cuerpo.
Alrededor de 600 ganglios linfáticos se encuentran dispersos en grupos por todo el cuerpo, incluso debajo de los brazos (axilar), en la ingle (inguinal), alrededor del cuello y la línea de la mandíbula (cervical) y dentro del tórax (mediastínico) y las cavidades abdominales (mesentérica).
La linfadenitis se clasifica en función de si la afección se limita a una parte del cuerpo o es sistémica (en todo el cuerpo):
- La linfadenitis localizada involucra uno o más ganglios linfáticos cerca del sitio de una infección.
- La linfadenitis generalizada afecta dos o más regiones del cuerpo y es parte de una enfermedad sistémica más generalizada.
Al diagnosticar la linfadenitis, los médicos a menudo la describen por su ubicación, extensión, duración y / o enfermedad subyacente. Los ejemplos incluyen linfadenitis mediastínica por tuberculosis, linfadenitis generalizada persistente asociada al VIH o linfadenitis inguinal aguda.
Linfadenitis versus linfadenopatía
El término linfadenitis a veces se usa indistintamente con linfadenopatía, aunque las dos afecciones son distintas. La linfadenitis es una infección de los ganglios linfáticos indicativa de una infección subyacente, mientras que la linfadenopatía simplemente describe el agrandamiento anormal o la consistencia de los ganglios linfáticos por diversas razones.
Síntomas de linfadenitis
Los síntomas de la linfadenitis pueden variar según la causa subyacente y los ganglios involucrados:
- Ganglios linfáticos agrandados
- Nodos que son dolorosos y sensibles al tacto.
- Cambios de textura, como nodos endurecidos o nodos blandos o enmarañados
- Enrojecimiento o rayas de la piel que recubre los ganglios afectados
- Drenaje de líquido sobre la piel.
- Fiebre
Si se ha formado un absceso, la glándula puede sentirse gomosa o blanda por el pus.
Causas
Los ganglios linfáticos son una parte importante del sistema inmunológico, que funciona para aislar los patógenos que causan enfermedades para que los glóbulos blancos especializados (linfocitos) puedan destruirlos.
Las infecciones bacterianas, virales y micóticas desencadenan una respuesta inflamatoria dentro del ganglio linfático, lo que provoca linfadenopatía. La propia glándula puede infectarse y propagar la infección por todo el sistema linfático en cuestión de horas.
Las bacterias estreptocócicas y estafilocócicas son las causas más comunes de linfadenitis, aunque también pueden ser causadas por infecciones virales como el VIH y enfermedades raras como la tuberculosis y la fiebre por arañazo de gato (bartonella).
Diagnóstico
La linfadenitis se diagnostica en función de los síntomas, un examen físico y pruebas. Su médico palpará (sentirá) las glándulas para determinar la ubicación, el tamaño y las características de los ganglios linfáticos afectados. Querrán saber cosas como viajes recientes que hayas hecho, si has tenido contacto con un gato u otros animales, o si tienes una herida en la piel.
Esto puede sugerir las posibles causas fundamentales de la infección, que pueden confirmarse con las siguientes pruebas:
- Análisis de sangre para detectar signos de infección (como un recuento de glóbulos blancos) o inflamación (como VSG y proteína C reactiva)
- Hemocultivos para aislar e identificar las causas bacterianas, incluidas las cepas estafilocócicas y estreptocócicas
- Biopsia de ganglio linfático, en la que se extrae tejido para su evaluación en el laboratorio mediante aspiración con aguja fina, biopsia con aguja gruesa o biopsia incisional
- Prueba de líquido linfático en un cultivo para determinar qué tipo de bacteria está creciendo en él.
Tratamiento
El curso correcto de tratamiento para la linfadenitis está determinado por la edad, la salud general y los antecedentes médicos, el grado de infección y los antecedentes de reacciones alérgicas a los antibióticos. Los medicamentos recetados se utilizan para tratar la infección, mientras que los síntomas se pueden controlar con analgésicos de venta libre (OTC) y compresas frías o calientes.
Prescripciones
El curso exacto del tratamiento dependerá de la causa de la infección. Los medicamentos recetados se pueden administrar por vía oral o por inyección e incluyen:
- Amoxil (amoxicilina)
- Cefalosporinas
- Doxiciclina
- Eritromicina
- Penicilina G
- Rocephin (ceftriaxona)
- Vancocina (vancomicina)
- Zithromax (azitromicina)
Cuidados de apoyo
Para ayudar a aliviar los síntomas de la inflamación de los ganglios linfáticos, su médico puede recomendar ciertos remedios caseros y de venta libre, como:
- Descanso
- Elevación de la parte del cuerpo afectada.
- Formación de hielo para reducir la inflamación y la hinchazón.
- Compresas tibias para aliviar el dolor.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como Advil (ibuprofeno) o Aleve (naproxeno) para tratar tanto la inflamación como el dolor
- Otros analgésicos como Tylenol (acetaminofén) para reducir el dolor.
Cirugía
La linfadenitis rara vez se trata con cirugía, con la excepción del drenaje de un absceso para eliminar el pus de un ganglio infectado (realizado junto con la terapia con antibióticos).
Una palabra de Verywell
Las glándulas inflamadas son un síntoma común de infección y requieren una llamada a su médico. Cuando las glándulas inflamadas se vuelven dolorosas, duras al tacto, rojas o desarrollan un absceso, es un signo de una infección que puede propagarse rápidamente sin intervención médica. La linpadenitis a menudo se puede prevenir con una higiene básica de la salud y el cuidado de las heridas (limpiar las roturas de la piel y aplicar un producto antibacteriano).