La emergencia hipertensiva, también conocida como hipertensión maligna, es una forma grave de presión arterial alta. Se diagnostica cuando una lectura de presión arterial de 180/120 mmHg se acompaña de síntomas que indican daño orgánico, como irregularidades en los latidos del corazón, dolor en el pecho, mareos y dificultad para respirar.
Aunque es poco común (afecta solo al 1% de las personas con antecedentes de presión arterial alta), la emergencia hipertensiva puede causar daño orgánico irreversible e incluso la muerte si no se trata de inmediato con medicamentos para normalizar la presión arterial.
Imágenes de Katrina Wittkamp / GettySíntomas de emergencia hipertensiva
Debido a que la emergencia hipertensiva afecta los órganos más sensibles a los cambios de presión arterial, los síntomas dependen en gran medida de la ubicación de la lesión vascular. Los riñones, los ojos, el cerebro y el corazón son los más propensos a sufrir daños.
Los signos comunes, según la ubicación del daño orgánico, incluyen:
- Visión borrosa
- Dolor de cabeza
- Dolor de pecho
- Arritmia cardíaca (latidos cardíacos irregulares)
- Hemorragia nasal
- Dificultad para respirar
- Sensación de hormigueo, entumecimiento, ardor o picazón en la piel
- Desmayo o mareo
- Disminución de la producción de orina.
- Náuseas o vómitos
- Estado mental alterado
- Estallido de capilares retinianos
- Convulsiones
Si bien estos síntomas no son exclusivos de una emergencia hipertensiva, están asociados con una serie de afecciones potencialmente graves como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal, por lo que nunca deben ignorarse.
Causas
Las causas de una emergencia hipertensiva no se conocen bien.En muchos casos, la afección parece ser el resultado de múltiples factores contribuyentes. Entre ellos:
- Dejar de tomar los medicamentos para la presión arterial alta
- Antecedentes de insuficiencia renal o estenosis (estrechamiento de las arterias renales).
- Hipertensión gestacional durante el embarazo o ciertas complicaciones relacionadas con el embarazo como la preeclampsia
- Una enfermedad vascular del colágeno como la esclerodermia.
- Tumores de la glándula suprarrenal.
- Golpe
- Ataque al corazón
- Insuficiencia cardiaca
- Insuficiencia renal
- Rotura de la aorta
Otros factores que no están relacionados con la presión arterial también pueden desencadenar un episodio, como el uso de drogas ilegales, como la cocaína o la metanfetamina. Los traumatismos en la cabeza, las lesiones de la médula espinal y las píldoras anticonceptivas también pueden aumentar el riesgo. Ciertos medicamentos de venta libre, como los antihistamínicos y los jarabes para la tos, también pueden aumentar la presión arterial en algunas personas.
Diagnóstico
La emergencia hipertensiva se diagnostica cuando la presión arterial sistólica (el número superior) es superior a 180 mmHg, la presión arterial diastólica (número inferior) es superior a 120 mmHg y hay síntomas que indican daño al corazón, los riñones o el cerebro.
Las pruebas de laboratorio y por imágenes pueden incluir:
- Un electrocardiograma (EKG) para detectar anomalías en el ritmo cardíaco o un ataque cardíaco.
- Una tomografía computarizada de la cabeza si se sospecha daño neurológico o accidente cerebrovascular
- Un análisis de orina
- Análisis de sangre para evaluar la función hepática y renal.
Si se le diagnostica, será admitido de inmediato en el hospital para una estrecha observación y tratamiento. Es posible que deba ingresar a la unidad de cuidados intensivos, dependiendo de la extensión de cualquier daño orgánico.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento en emergencias hipertensivas es reducir gradualmente la presión arterial a un nivel seguro. Se utilizan diferentes tipos de medicamentos intravenosos, incluidos los bloqueadores de los canales de calcio, como Cleviprex (clevidapina); betabloqueantes, como esmolol, y vasodilatadores, como nitroprusiato de sodio. Si está siendo tratado por una emergencia hipertensiva, la elección de los medicamentos está determinada por el tipo específico de daño orgánico que pueda haber experimentado.
Se controlará de cerca la función renal, cerebral y cardíaca para detectar irregularidades que requieran una intervención de emergencia.
Una vez que esté estabilizado, se someterá a pruebas de imagen para verificar si hay sangrado significativo o lesión interna. Estos pueden incluir una ecografía, una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (IRM).
Antes de que le den de alta, un médico le recetará medicamentos antihipertensivos orales, como betabloqueantes o inhibidores de la ECA, para mantener su presión arterial bien controlada, o hará modificaciones a sus tratamientos actuales si es necesario.
Una palabra de Verywell
Si le han dicho que tiene presión arterial alta, es importante que siga las instrucciones de su médico para el cuidado personal. La presión arterial generalmente se puede controlar bien con medidas de estilo de vida, como ejercicio y evitar la obesidad, y medicamentos recetados, que debe tomar según las indicaciones. Si experimenta alguno de los síntomas de una emergencia hipertensiva, llame a su médico o vaya a la sala de emergencias de inmediato.