Si ha estado viviendo con esclerosis múltiple (EM) durante algún tiempo, tal vez haya escuchado o leído informes sobre los beneficios de los ácidos grasos omega-3 en el tratamiento de la enfermedad. Si bien ya sabemos que estas grasas "saludables" son buenas para nosotros, ¿tienen algún impacto real en el alivio de los síntomas (como la fatiga o la depresión) o en el alivio de la inflamación crónica que es parte integral de la enfermedad?
Frederic Cirou / PhotoAlto Agency RF Colletions / Getty ImagesComprensión de los ácidos grasos omega-3
Cuando se trata de eliminar la grasa de su dieta, la que no desea reducir son los ácidos grasos omega-3. A diferencia de las grasas saturadas o trans "malas", el omega-3 es una grasa poliinsaturada conocida por reducir los triglicéridos, aumentar el colesterol HDL "bueno" y mejorar ciertas funciones cerebrales.
Además, los ácidos grasos omega-3 contienen dos compuestos, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que se cree que disminuyen ciertas respuestas inflamatorias en el cuerpo. Es por eso que los suplementos de omega-3 a menudo se recetan junto con la terapia de artritis reumatoide.
Dado que la EM es un trastorno inflamatorio que causa un daño progresivo al sistema nervioso central, los científicos han explorado durante mucho tiempo la hipótesis de que los ácidos grasos omega-3 pueden impedir de alguna manera la progresión y / o la gravedad de la enfermedad.
Fuentes de ácidos grasos omega-3
El cuerpo puede fabricar muchas de las grasas que necesita a partir de otras grasas o ingredientes crudos. Los ácidos grasos omega-3, por el contrario, se consideran grasas esenciales, lo que significa que solo puede obtenerlos de los alimentos que los contienen. Estos incluyen:
- Pescados grasos, como salmón, atún, caballa, sardinas, anchoas
- Semillas de lino y aceite de linaza
- Nueces, especialmente nueces
- Aguacates
- Ciertas verduras de hojas verdes oscuras (como col rizada, espinaca, verdolaga, berza, hojas de mostaza)
También hay suplementos de omega-3 de venta libre que están ampliamente disponibles en forma de píldora o líquido. (Hable con su médico antes de tomar cualquier suplemento de omega-3, ya que puede interactuar con los anticoagulantes y otros medicamentos crónicos que pueda estar tomando).
Resultados de la investigación
Más allá de los beneficios generales para la salud de los ácidos grasos omega-3, se ha sugerido que una mayor ingesta podría combatir los efectos de la EM. La hipótesis se basó en gran parte en una investigación preliminar que mostró que los omega-3 podrían inhibir una determinada proteína (llamada metaloproteinasa de matriz-9) que se sabe que desencadena la inflamación en el sistema nervioso central.
Al mismo tiempo, otros campos de investigación habían comenzado a mostrar evidencia estadística de que los omega-3 podrían ayudar a tratar la depresión mayor, así como ciertos trastornos autoinmunes como el lupus, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la artritis reumatoide.
Si bien tendría sentido que la EM, una enfermedad con características autoinmunes para la que la depresión es una característica común, pueda responder de la misma manera, la mayoría de las investigaciones han sido mixtas:
- Un estudio multicéntrico realizado en Australia en 2016 mostró que la ingesta alta de omega-3 se asoció, de hecho, con una disminución significativa en un tipo de daño nervioso (llamado desmielinización) causado por la EM. Esto sugiere que una ingesta elevada puede retrasar la progresión de la enfermedad, aunque este efecto aún no se ha establecido.
- Por otro lado, un estudio de 2014 en Noruega mostró que un ciclo de seis meses de altas dosis de omega-3 no tuvo ningún impacto en el desarrollo de lesiones cerebrales causadas por la desmielinización ni tampoco en la tasa de recaídas de la EM.
- Mientras tanto, un estudio aleatorio realizado por la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón en 2016 mostró que la suplementación con omega-3 no mejoró la depresión en personas con EM en comparación con el grupo de placebo. Esto sugiere que las causas de la depresión en la EM pueden ser marcadamente diferentes a los de la depresión típica.
Conclusiones de la investigación sobre omega-3
La naturaleza conflictiva de la investigación sugiere que los ácidos grasos omega-3, aunque son beneficiosos para nuestra salud cardiovascular, pueden tener menos impacto en la progresión o los síntomas de la EM.
Hay quienes creen que dosis mayores administradas por vía intravenosa pueden mejorar estos resultados, pero la mayoría sigue siendo escéptica dados los efectos negativos de la sobredosis de omega-3 (incluida la frecuencia cardíaca anormal, anemia y visión borrosa).
Sin embargo, esto no debería anular los beneficios generales de los omega-3 en nuestras dietas, aunque solo sea para asegurar que nuestros cuerpos sean fuertes y estén más capacitados para enfrentar los desafíos de la esclerosis múltiple.