El síndrome de hipermovilidad articular, a veces llamado síndrome articular de hipermovilidad benigna (BHJS), es un trastorno hereditario del tejido conectivo. Se asocia con tres hallazgos clásicos: hipermovilidad generalizada (caracterizada por un rango de movilidad superior al promedio en las articulaciones), dolor articular crónico y otros signos neuromusculares debidos a un defecto en el colágeno. Es importante destacar que esta afección ocurre sin signos de inflamación y puede ser necesario descartar una enfermedad más sistémica que afecte al cuerpo con la ayuda de pruebas o evaluación por parte de un reumatólogo.
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Síntomas
Claramente, dado el nombre, los síntomas del síndrome de hipermovilidad articular afectan con mayor frecuencia directamente las articulaciones del cuerpo, a menudo las articulaciones más grandes como las rodillas o los codos. Las articulaciones que soportan peso, generalmente en las piernas, pueden verse afectadas de manera más obvia. De hecho, cualquier articulación puede estar afectada, incluidas las manos, el hombro, la rótula (rótula) e incluso la articulación de la mandíbula (articulación temporomandibular o ATM).
Puede estar involucrada una articulación o múltiples. Los hallazgos pueden ser simétricos y afectar a ambos lados del cuerpo de manera bastante equitativa o más generalizada.
Los síntomas pueden ser autolimitados, variar a lo largo de las horas y pueden resolverse sin intervención. Alternativamente, pueden volverse constantes y afectar a alguien de forma crónica.
Los síntomas más comunes del síndrome de hipermovilidad articular incluyen:
- Dolor en las articulaciones (a menudo empeora al final del día)
- Rigidez matutina
- Inflamación leve de las articulaciones (que se observa al final de la tarde o por la noche o después de un ejercicio intenso o una actividad repetitiva)
- Calambres musculares con menos frecuencia
- Moretones con facilidad
- Luxaciones recurrentes (generalmente en el hombro o la rótula)
- Roturas de ligamentos o tendones
- Fatiga
- Trastorno de ansiedad o pánico
Hay algunos hallazgos que en realidad llevarían lejos de un diagnóstico de síndrome de hipermovilidad articular y, en cambio, podrían sugerir otro trastorno inflamatorio como la artritis reumatoide. Estos síntomas pueden incluir fiebre y enrojecimiento o calor que afectan las articulaciones.
Causas
El síndrome de hipermovilidad articular es una afección sorprendentemente común. La laxitud articular generalizada sola es común en individuos sanos sin otras molestias. Esta hipermovilidad, que finalmente no se asocia a otras enfermedades sistémicas, se da entre el 4% y el 13% de la población.
El síndrome de hiperlaxitud articular con sus hallazgos adicionales suele ser hereditario debido a una predisposición genética.
Con un patrón de herencia autosómico dominante, el síndrome se transmite fácilmente de padres a hijos. Se estima que el 50% de las personas con síndrome de hipermovilidad articular tienen otro familiar cercano que se ve afectado (como padres, hermanos o hijos).
La predisposición a la enfermedad puede relacionarse con varias mutaciones genéticas que afectan:
- Colágeno
- La proporción de subtipos de colágeno.
- Fibrilina
Como la predisposición a la enfermedad puede estar presente desde el nacimiento, se estima que el síndrome de hipermovilidad articular puede afectar hasta al 40% de los escolares y el 10% puede tener quejas asociadas de dolor después de las actividades o por la noche. Estos niños pueden demostrar una flexibilidad extrema, haciéndolos más exitosos en gimnasia, porristas, ballet o danza y yoga.
La prevalencia puede disminuir con el envejecimiento, ya que la holgura de las articulaciones se vuelve menos evidente. Puede ocurrir más entre niñas y mujeres. Las articulaciones hipermóviles pueden causar síntomas en el 5% de las mujeres sanas, pero solo en el 0,5% de los hombres.
Finalmente, ciertas etnias parecen tener una mayor incidencia de síndrome de hiperlaxitud articular. Afecta más comúnmente a personas de ascendencia asiática en comparación con aquellas que provienen de ascendencia caucásica o africana.
Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de hipermovilidad articular se puede lograr con algunas preguntas, un breve examen físico para evaluar los posibles signos y un puñado de análisis de sangre para descartar otras posibles causas. Puede ser importante diferenciar síndromes similares que pueden tener síntomas superpuestos.
Preguntas que hará su médico
La mayoría de las personas pueden buscar una evaluación inicial por parte de su proveedor de atención primaria antes de ver a un especialista, como un reumatólogo o un fisiatra. Algunas preguntas pueden sugerir la posibilidad de tener que dar este primer paso en la evaluación, que incluyen:
- ¿Tiene doble articulación?
- Cuando era niño o adolescente, ¿se dislocó el hombro o la rótula en más de una ocasión?
- ¿Alguna vez divertiste a tus amigos contorsionando tu cuerpo en formas extrañas o podrías hacer las divisiones?
Examen físico
La hipermovilidad y el dolor que afectan a múltiples articulaciones que caracterizan el síndrome de hipermovilidad articular pueden evaluarse con los criterios de Brighton para establecer la puntuación de Beighton (nombres similares que describen cosas ligeramente diferentes).
Cuando el dolor articular (artralgia) está presente durante tres meses o más y la laxitud articular afecta a cuatro o más articulaciones, se diagnostica la afección.
Esta evaluación puede realizarla un médico que observe cinco maniobras simples en una evaluación que dura menos de 60 segundos. La mayor amplitud de movimiento en las articulaciones se mide mediante estas pruebas de movilidad específicas:
- La muñeca y el pulgar se pueden mover hacia abajo para que el pulgar toque el antebrazo (doble el pulgar para tocar el antebrazo)
- Los dedos meñiques se pueden extender hacia atrás más allá de los 90 grados.
- Al estar de pie, las rodillas se arquean anormalmente hacia atrás cuando se ven de lado.
- Cuando está completamente extendido, los brazos se doblan más de lo normal (más allá de estar rectos)
- Al doblar la cintura, con las rodillas rectas, puede poner las palmas de las manos en el suelo (coloque las manos en el suelo sin doblar las rodillas)
Más allá de estas maniobras de examen físico, puede ser necesario realizar algunos análisis de sangre para descartar otras posibles causas de los síntomas.
Análisis de sangre
Una historia clínica y un examen físico cuidadosos pueden ser suficientes para identificar los síntomas y signos del síndrome de hipermovilidad articular. Cuando el diagnóstico no es claro, o cuando hay síntomas superpuestos, puede ser necesario descartar otras causas inflamatorias, infecciosas y autoinmunes.
El examen puede incluir algunos análisis de sangre adicionales, como:
- Conteo completo de glóbulos
- Velocidad de sedimentación globular (VSG)
- Factor reumatoide
- Prueba de anticuerpos antinucleares
- Niveles de complemento sérico
- Niveles de inmunoglobulina sérica (IgG, IgM e IgA)
Esta necesidad de esta prueba debe ser dirigida por su médico.
Señales
La predisposición subyacente a la laxitud en las articulaciones y los tejidos conectivos puede provocar otros problemas que afectan al cuerpo. El desgaste de las superficies de las articulaciones puede aumentar la predisposición a sufrir dislocaciones, dislocaciones y desgarros. La alteración de la capacidad para percibir la posición del cuerpo en el espacio (denominada propiocepción) puede provocar una mayor incidencia de traumatismos articulares debido a la alteración de la retroalimentación sensorial.
Considere esta extensa lista de posibles signos y afecciones asociadas que ocurren con más frecuencia en el contexto del síndrome de hiperlaxitud articular:
- Esguinces
- Desgarros de tendones o meniscos (que afectan a la rodilla)
- Luxaciones (que afectan el hombro, la rótula o la ATM)
- Fracturas
- Tendinitis
- Disfunción de la ATM
- Síndrome del manguito rotador
- Dolor de espalda
- Escoliosis
- Lordosis
- Trastornos de compresión nerviosa (síndrome del túnel carpiano)
- Displasia congénita de cadera
- Piernas arqueadas (golpe de rodilla o genu valgo)
- Pies planos (pie plano)
- Condromalacia
- Artralgia o derrame no especificado
- Osteoartritis
- Fibromialgia
- Apnea obstructiva del sueño
- Disfunción autónoma (aturdimiento, síncope, etc.)
- Síndrome de Raynaud
- Moretones
- Venas varicosas
- Estrías cutáneas (piel fina, hiperextensibilidad, cicatrices)
- Signos oculares de párpados caídos, miopía
- Colapso de la válvula mitral (controvertido)
- Hernia
- Prolapso uterino o rectal
Más allá de estos hallazgos, existen afecciones similares que pueden compartir algunos síntomas y deben descartarse en función de las características distintivas.
Diagnóstico diferencial
Existen algunos síntomas y signos del síndrome de hipermovilidad articular que pueden superponerse con otros trastornos.
- Síndrome de Marfan: un trastorno hereditario que afecta el tejido conectivo y puede causar que una persona afectada tenga doble articulación con brazos y piernas desproporcionadamente largos, una constitución alta y delgada, aracnodactilia (dedos alargados) y características cardíacas y oculares (como miopía y dislocación de la lente)
- Síndrome de Ehlers-Danlos: un trastorno hereditario que afecta principalmente a la piel, las articulaciones y los vasos sanguíneos (que provoca síntomas como articulaciones dobles, sangrado y dolor muscular)
- Osteogénesis imperfecta: caracterizada por un defecto en el colágeno, este trastorno genético conduce a una excesiva laxitud articular, una esclerótica azul fina y una fragilidad ósea que conduce a múltiples fracturas y deformidades óseas.
- Síndrome de Down: trastorno genético causado por la trisomía del cromosoma 21 que conduce a hallazgos físicos característicos, que incluyen una apariencia facial distinta, retraso en el desarrollo o discapacidad intelectual y anomalías de la tiroides o del corazón.
- Trastornos metabólicos: Incluyendo homocistinuria e hiperlisinemia.
Cuando se sospecha de otras afecciones, es posible que sea necesario realizar más evaluaciones para aclarar el diagnóstico. Puede ser necesario realizar pruebas para descartar artritis (especialmente artritis juvenil en niños), afecciones inflamatorias o incluso radiografías para evaluar fracturas u otras anomalías.
Una vez que se hace el diagnóstico adecuado, se puede seguir el tratamiento adecuado.
Tratamiento
Generalmente, el síndrome de hipermovilidad articular es un trastorno crónico con síntomas que pueden fluctuar con el tiempo.
Busque ayuda si experimenta un cambio repentino en la capacidad de mover una articulación o si una articulación se deforma repentinamente, ya que esto puede requerir una intervención aguda.
Para la mayoría de las personas afectadas por el síndrome de hipermovilidad articular, la afección se experimenta como una afección no progresiva y no inflamatoria que puede mejorarse con simples modificaciones en el estilo de vida.
- Mantenga una buena nutrición: el aumento de peso puede afectar negativamente la salud de las articulaciones, especialmente las rodillas, y tomar un multivitamínico diario puede garantizar que los nutrientes adecuados estén disponibles para la construcción y reparación de tejidos.
- Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: los ejercicios de bajo impacto pueden reducir el riesgo de lesiones y mejorar la forma física. Puede ser especialmente importante enfocarse en el fortalecimiento de los músculos alrededor de las articulaciones flojas. Al aislar estos grupos de músculos y mejorar el equilibrio y el control, se puede reducir la tensión de las articulaciones. Más allá de mejorar la estabilidad articular y la propiocepción, el equilibrio y la coordinación optimizados pueden ayudar a evitar lesiones involuntarias.
- Protección de las articulaciones: durante ciertas actividades, como el ejercicio vigoroso o repetitivo, puede ser necesario usar férulas o aparatos ortopédicos o cinta adhesiva para proteger las articulaciones afectadas. Use zapatos o calzado con buenos soportes para el arco. Es posible que se requieran férulas de soporte para la participación deportiva específica.
- Evite ciertas posiciones y actividades: puede ser necesario evitar actividades vigorosas y repetitivas que tensionen las articulaciones. El sobreentrenamiento, el ritmo deficiente y el rendimiento excesivo o las competencias atléticas pueden provocar lesiones. También puede ser importante ser consciente de las posturas y posiciones corporales. Doble ligeramente las rodillas cuando esté de pie y evite sentarse con las piernas cruzadas con ambas rodillas dobladas.
- Conozca sus límites: trate de evitar los movimientos articulares hiperlaxos que probablemente agraven el dolor y otros síntomas.
El dolor puede aliviarse con el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (como ibuprofeno o naproxeno) o con acetaminofeno. Puede ser necesario descansar y evitar actividades agravantes.
En algunos casos, puede ser necesaria la fisioterapia para recuperarse de una lesión. El tratamiento de manipulación osteopática (OMT) puede aumentar el movimiento de las articulaciones, reducir el dolor, mejorar el flujo sanguíneo, ayudar al drenaje linfático y mejorar la propiocepción.
Albardilla
El síndrome de hipermovilidad articular puede ser una afección crónica, pero no tiene por qué ser una limitación excesiva. De hecho, las personas afectadas pueden tener más éxito en actividades que recompensen una mayor flexibilidad. Esto puede conducir al éxito en las porristas, la danza moderna, la gimnasia y el ballet.
Debido a los mayores riesgos de esguinces, lesiones, dislocaciones, hinchazón ocasional, dolores de espalda y malestar después del ejercicio, es importante respetar los límites del cuerpo. Parece que después de años de movimiento excesivo de las articulaciones, existe un mayor riesgo de osteoartritis (la llamada artritis por "desgaste"). Esto requeriría los mismos tratamientos, como el alivio del dolor y la cirugía, que a menudo se requieren con los cambios normales relacionados con el envejecimiento.
La falta de sueño y los síntomas de la apnea del sueño deben impulsar una evaluación, ya que esto puede socavar aún más la salud y el bienestar.
Una palabra de Verywell
Si le preocupa que pueda verse afectado por el síndrome de hipermovilidad articular, busque una evaluación por parte de su proveedor de atención médica primaria. La atención de apoyo, el alivio del dolor articular crónico y las intervenciones específicas pueden ayudarlo a sentirse más cómodo y evitar posibles lesiones.