Muchas formas de mareos pueden ocurrir repentinamente, causando desorientación durante minutos, horas e incluso días, antes de desaparecer con la misma rapidez. A menudo, no tenemos idea de por qué sucedieron, y la experiencia en sí no suele tener consecuencias a largo plazo.
Vanessa Clara Ann Vokey Creative #: 184828956 / Getty ImagesOtros tipos son mucho más angustiantes. Pueden ser persistentes y requieren un tratamiento continuo para que una persona funcione incluso con relativa normalidad. Si bien muchos de estos casos no tienen una causa clara, existen ciertas afecciones médicas en las que el mareo crónico es, de hecho, característico.
Síndrome de Mal de Debarquement
Mal de debarquement, que significa "enfermedad del desembarque" en francés, fue descrito originalmente por marineros que, después de haber desembarcado, se sentían como si todavía estuvieran a bordo de un barco oscilante.
La sensación es bastante común en personas perfectamente sanas que acaban de bajarse de un barco o avión. Para la mayoría, la afección se resolverá en un día o dos.
Para otros, sin embargo, puede durar meses e incluso años. La sensación de balanceo persistente puede empeorar cuando se encuentra en pasillos confinados (como el pasillo de una tienda de comestibles) o cuando ve movimientos contrastantes (como girar la cabeza al cruzar una intersección concurrida).
Nadie sabe muy bien por qué persiste el mal de debarquement en algunas personas, aunque se cree que está relacionado con la ansiedad, las migrañas y ciertos cambios hormonales. Si bien puede llevar tiempo, el trastorno generalmente desaparecerá por sí solo.
Hasta la fecha, ningún estudio ha ofrecido un tratamiento calificado. Algunos médicos han encontrado beneficios de manera anecdótica en el uso de supresores vestibulares, como antidepresivos y mediaciones anticonvulsivas. Los medicamentos para el mareo por movimiento como la meclizina, la escopolamina y la prometazina parecen ser menos efectivos.
Vestibulopatía bilateral
El sistema vestibular es responsable de regular el equilibrio al transmitir información al cerebro que nos ayuda a informarnos sobre la posición de nuestro cuerpo en el espacio (conocido como propiocepción). Las señales provienen de los oídos internos a ambos lados de la cabeza, que luego viajan a lo largo del nervio vestibular hasta el tronco del encéfalo.
Si se daña un oído interno, esas señales pueden verse obstaculizadas y provocar síntomas de mareos. La mayoría de las veces, el cuerpo podrá compensar esto a medida que se adapta gradualmente al desequilibrio.
Sin embargo, si ambos oídos internos están dañados, puede ocurrir una profunda inestabilidad que el cuerpo es menos capaz de compensar. La vestibulopatía bilateral puede resultar de enfermedades como meningitis, encefalitis o enfermedad de Meniere o con el uso de ciertos medicamentos como antibióticos aminoglucósidos. La cirugía bilateral del oído también puede causar la afección, al igual que la sordera y ciertos trastornos de vértigo hereditarios.
Ataxia cerebelosa aguda
La ataxia cerebelosa aguda (ACA) ocurre cuando una porción del cerebro, conocida como cerebelo, se inflama o daña. El cerebelo se encarga de regular el control motor y la coordinación muscular. El daño a esta parte de este cerebro puede causar inestabilidad, pérdida de coordinación y mareos persistentes.
La ACA afecta con mayor frecuencia a niños menores de 6 años, pero también puede ser causada por un accidente cerebrovascular o enfermedades que afectan el cerebelo (como la esclerosis múltiple). Los tratamientos pueden variar según la causa y pueden incluir esteroides, antibióticos, antivirales o terapia de inmunoglobulina intravenosa.
Schwannoma vestibular
El schwannoma vestibular, también conocido como neuroma acústico, implica el crecimiento anormal de las células de Schwann del nervio vestibulococlear y afecta aproximadamente a una de cada 100.000 personas cada año.
El schwannoma vestibular puede afectar el movimiento y la estabilidad y desencadenar un verdadero vértigo rotacional en el que el mundo parece girar en círculos. La pérdida de audición o tinnitus (zumbido en los oídos) también es común. La afección rara vez pone en peligro la vida.
Según la ubicación del tumor, el tratamiento puede incluir cirugía o radioterapia.