La ascitis, pronunciada ah-sy-tees, es el término médico que describe la acumulación anormal de líquido en el abdomen. Si bien la ascitis es causada más comúnmente por cirrosis, el cáncer también puede ser una causa de ascitis. Conozca cómo se siente la ascitis, cómo se diagnostica y cómo la tratan los médicos.
Kondoros Eva Katalin / Getty ImagesCausas médicas
Existen afecciones benignas o no cancerosas que pueden causar ascitis con insuficiencia hepática o cirrosis, siendo la más común. Otros ejemplos de causas no cancerosas incluyen insuficiencia cardíaca, infección y pancreatitis.
En aproximadamente el 10% de los casos, la ascitis es causada por cáncer. Los tipos de cáncer que causan ascitis incluyen cáncer de ovario, colon, páncreas y útero. El linfoma, el cáncer de pulmón y el cáncer de mama también pueden extenderse al abdomen y causar ascitis.
Para diferenciar entre ascitis benigna y maligna o cancerosa, un médico realizará un procedimiento llamado paracentesis, en el que se inserta una aguja en el abdomen y se extrae una pequeña muestra de líquido. Luego, la muestra de líquido se examina con un microscopio. Ciertas características del líquido, como la presencia de células cancerosas, pueden ayudar a determinar la causa de la ascitis.
Cómo se siente la ascitis
Si bien la ascitis leve puede no causar síntomas, la ascitis más avanzada puede volverse incómoda, creando una apariencia hinchada en el abdomen. Los síntomas comunes de la ascitis más avanzada incluyen:
- Dolor abdominal
- Dificultad para respirar porque la presión del líquido comprime el diafragma
- Náusea
- Vómitos
- Pérdida de apetito
Tratamiento
El tratamiento de la ascitis depende de la gravedad de la ascitis y está orientado a aliviar los síntomas de una persona y hacerla sentir más cómoda. Las terapias incluyen dietas con restricción de sal, diuréticos y una paracentesis terapéutica, en la que se extrae un gran volumen de líquido del abdomen. No es raro que una persona con ascitis necesite una paracentesis regular para extraer el líquido. La buena noticia es que el procedimiento tiene un riesgo relativamente bajo y es efectivo.
Dicho esto, si la ascitis de una persona no se puede controlar bien con estas terapias tradicionales, se puede colocar una derivación quirúrgicamente, aunque este procedimiento es de mayor riesgo y no se realiza con frecuencia.
En el caso de la ascitis maligna, el médico de una persona puede considerar la cirugía citorreductora y la quimioterapia que se administra directamente en el abdomen, lo que se denomina quimioterapia intraperitoneal directa. Esto solo se considera para ciertos pacientes y requiere una discusión cuidadosa con los médicos de una persona para sopesar los posibles riesgos y beneficios.