Los salicilatos son un grupo de sustancias químicas elaboradas a partir del ácido salicílico y se encuentran en la aspirina y algunos otros analgésicos, así como en ciertos alimentos, conservantes de alimentos, pasta de dientes y otros productos sintéticos de forma natural. Algunas personas toman medicamentos con salicilato para el dolor de la artritis y es bastante común en los medicamentos para el acné.
iloveimages / Juice Images / Getty ImagesLos medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son el estándar de oro para la artritis. Las tres categorías de AINE incluyen:
- Salicilatos
- AINE tradicionales
- Inhibidores de COX-2
Los salicilatos se dividen además en dos grupos: acetilados y no acetilados. (La aspirina, conocida químicamente como ácido acetilsalicílico, se encuentra en la primera categoría). El AINE que funcione para usted depende de varios factores.
Los salicilatos han sido reemplazados en gran medida por otros AINE para tratar el dolor de la artritis, pero aún pueden ser la mejor opción para algunos pacientes, según sus problemas de salud específicos y su perfil de salud general.
Tipos de AINE
Los AINE actúan bloqueando la producción de prostaglandina en el cuerpo, una sustancia que causa inflamación. La aspirina es el único salicilato acetilado que se usa para tratar el dolor de la artritis. Los ejemplos de salicilatos no acetilados utilizados en el tratamiento de la artritis incluyen:
- Disalcid (salsalate): prescripción
- Dolobid (salicilato de sodio): prescripción
- Trilisato (trisalicilato de colina y magnesio): prescripción
- Pastillas Doans (salicilato de magnesio), de venta libre
Los salicilatos también están presentes de forma natural en varios alimentos, como frutas, verduras, miel y nueces; así como en conservantes de alimentos, enjuagues bucales y pasta de dientes.
Los AINE tradicionales, disponibles en concentraciones de venta libre y recetados, incluyen:
- Ibuprofeno
- Naproxeno sódico
Los inhibidores de COX-2 incluyen Celebrex (celecoxib).
Aspirina frente a otros AINE
Tanto la aspirina como los salicilatos no acetilados se utilizan para tratar el dolor de la artritis. Sin embargo, difieren en cómo pueden afectar los sistemas cardiovascular (corazón) y gastrointestinal (digestivo). La aspirina alivia temporalmente el dolor de la artritis, por ejemplo, pero también se sabe que tiene efectos cardioprotectores, lo que la hace única entre los salicilatos y una buena opción para los pacientes con riesgo de enfermedad cardíaca. La aspirina evita que la sangre se coagule en los vasos que van al corazón y al cerebro, lo que reduce el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Los salicilatos no acetilados, junto con otros AINE y los inhibidores de la COX-2, pueden aumentar potencialmente su riesgo de enfermedad cardíaca.
Por otro lado, los efectos anticoagulantes de la aspirina pueden hacerlo más propenso a sufrir úlceras y hemorragia gastrointestinal; también deben detenerse si se somete a una cirugía, para limitar el sangrado excesivo.
A diferencia de la aspirina, que inhibe la agregación plaquetaria (coagulación) y, en consecuencia, aumenta el riesgo de hemorragia, los compuestos no acetilados tienen un efecto mucho menor sobre las plaquetas. Como resultado, es menos probable que causen sangrado o úlceras sangrantes en las dosis necesarias para disminuir la inflamación y el dolor de la artritis.
Contraindicaciones
Si bien es apropiado para muchos, no se recomienda el uso de salicilatos para personas con:
- Asma
- Insuficiencia hepática
- Deficiencia de vitamina K
- Trastornos hemorrágicos
- Anemia severa
- La enfermedad de úlcera péptica
- Gota
- Una alergia conocida a los salicilatos.
Además, las personas que toman un anticoagulante, como Coumadin (warfarina), no deben tomar ciertos salicilatos, y los niños menores de 16 años con una infección viral no deben tomar aspirina debido al riesgo de síndrome de Reye. Finalmente, las personas mayores, en general, tienen más probabilidades de tener una respuesta tóxica a los salicilatos que otras poblaciones.
Efectos secundarios
Como ocurre con todos los medicamentos, los salicilatos pueden provocar efectos secundarios. Llame a su médico de inmediato si ocurre cualquiera de las siguientes situaciones:
- Dolor de estómago severo
- Vomitar con sangre
- Heces con sangre o negras, alquitranadas
- Orina con sangre o turbia
- Hematomas o sangrado inexplicables
- Sibilancias o dificultad para respirar
- Hinchazón en la cara o alrededor de los ojos.
- Erupción grave o enrojecimiento, picazón en la piel
- Zumbido en los oídos o pérdida auditiva
Sensibilidad y toxicidad
El consumo de cantidades excesivas de salicilatos puede provocar una reacción tóxica en cualquier persona, pero algunas personas tienen una sensibilidad al compuesto que puede causar efectos secundarios incluso cuando se consume una pequeña cantidad. Estas personas tienen una capacidad disminuida para metabolizarlas y excretarlas adecuadamente de sus cuerpos. Los síntomas de la sensibilidad a los salicilatos incluyen:
- Síntomas similares al asma, como dificultad para respirar y sibilancias
- Dolores de cabeza
- Congestión nasal
- Cambios en el color de la piel
- Picazón, erupción cutánea o urticaria
- Hinchazón de manos, pies y cara.
- Dolor de estómago
Si se consumen en grandes dosis, mayores que las recetadas para obtener un efecto terapéutico, los salicilatos pueden ser tóxicos. Sin embargo, la dosis requerida para producir una reacción tóxica varía de persona a persona y es más probable que ocurra en personas con sensibilidad.
Los síntomas de una reacción tóxica incluyen:
- Agitación, fiebre, convulsiones, confusión, coma
- Presión arterial baja
- Frecuencia cardíaca rápida
- Respiración rápida
- Sibilancias
- Náuseas y vómitos
- Sangrado
- Alucinaciones
- Somnolencia
Una palabra de Verywell
Si bien algunos médicos consideran que los AINE tradicionales y los inhibidores de la COX-2 son más eficaces que los salicilatos para tratar el dolor y la inflamación de la artritis, los salicilatos acetilados siguen siendo una buena opción. Son económicos en comparación con otros medicamentos, y sus efectos cardioprotectores pueden convertirlos en la opción preferida para pacientes con riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. Hable con su médico sobre qué medicamento es mejor para usted, según su historial médico y factores de riesgo.