La linfopenia (también conocida como linfocitopenia) es un término que se usa para describir el estado en el que tiene un nivel reducido de cierto tipo de glóbulo llamado linfocito.
Los linfocitos son uno de los tres tipos de glóbulos blancos (WBC), también conocidos como leucocitos, que se encuentran en la sangre. Los leucocitos funcionan como parte de la defensa inmune de primera línea de nuestro cuerpo contra patógenos que causan enfermedades, como bacterias, virus y parásitos.
La linfopenia es causada con mayor frecuencia por una infección, incluida la gripe, y generalmente se recuperará por sí sola una vez que la infección haya desaparecido. En los casos en que la causa sea idiopática (de origen desconocido), puede sugerir una afección subyacente más grave.
Andrew Brookes / Getty ImagesLinfocitos
La gran mayoría de las células de nuestra sangre son eritrocitos (glóbulos rojos) que se encargan de transportar oxígeno por todo el cuerpo. A esto le siguen los trombocitos (plaquetas) y los leucocitos.
Los leucocitos se producen en la médula ósea y circulan libremente en el torrente sanguíneo como parte del sistema inmunológico. Los linfocitos representan la mayor proporción de estas células, oscilando entre el 20% y el 40%.
Los linfocitos se pueden dividir en tres subconjuntos:
- Las células asesinas naturales (NK) sirven como la primera línea de defensa para el sistema inmunológico.
- Las células T se producen en respuesta a un patógeno específico.
- Las células B producen anticuerpos que ayudan a otras células a identificar y neutralizar patógenos.
La linfopenia se puede identificar por el tipo de linfocito afectado. Por ejemplo, el VIH se dirige específicamente a las células T CD4 para la infección, lo que resulta en pérdidas masivas de esa célula específica. La pérdida de células B se asocia más con fármacos inmunosupresores (como los que se utilizan para los receptores de órganos), mientras que la depleción de NK es típicamente una situación rara.
Causas
La linfopenia puede ser causada por muchas afecciones, incluidas las infecciones y los efectos secundarios de los medicamentos. A veces, la afección solo puede afectar a los linfocitos. En otros, puede ser el resultado de un agotamiento de todos los glóbulos blancos.
Por ejemplo, cuando el tratamiento para la hepatitis viral incluye peginterferón y ribavirina, puede causar la supresión de solo neutrófilos (neutropenia) o solo de linfocitos (linfopenia) en algunas personas. En otros, puede afectar a toda la gama de glóbulos blancos (leucopenia).
La linfopenia se asocia más con afecciones que afectan la médula ósea, que incluyen:
- Infecciones virales que alteran temporalmente la función de la médula ósea
- Trastornos congénitos que implican una función disminuida de la médula ósea
- Cáncer u otras enfermedades que dañan la médula ósea
- Trastornos autoinmunitarios que destruyen los glóbulos blancos o las células de la médula ósea.
- Infecciones agudas que matan los glóbulos blancos más rápido de lo que pueden producirse.
- Medicamentos, como antibióticos, que pueden destruir los glóbulos blancos.
Condiciones relacionadas
Las enfermedades y afecciones más comúnmente asociadas con la linfopenia pueden describirse ampliamente como patógenas (relacionadas con la infección), citotóxicas (tóxicas para las células), congénitas (causadas por un defecto genético) o nutricionales.
Incluyen:
- Anemia aplásica: una afección poco común en la que el cuerpo deja de producir glóbulos
- Quimioterapia
- VIH
- Hiperesplenismo: la destrucción prematura de las células sanguíneas por el bazo.
- Leucemia: un tipo de cáncer de sangre.
- Lupus: un trastorno autoinmune
- Desnutrición y deficiencias vitamínicas
- Síndromes mielodisplásicos: grupo de trastornos que interrumpen la producción de células sanguíneas.
- Artritis reumatoide: otro trastorno autoinmune
- Radioterapia
- Tuberculosis
Recuento bajo de glóbulos blancos
Un recuento general bajo de glóbulos blancos (leucopenia) se detecta con mayor frecuencia cuando su médico solicita una prueba para una afección que ya está experimentando. Un recuento bajo rara vez es un hallazgo inesperado.
En algunos casos, el tipo de glóbulo blanco afectado puede ser suficiente para indicarle la dirección de un diagnóstico. En otras ocasiones, es posible que necesite pruebas adicionales para reconstruir una causa.
Un recuento de glóbulos blancos muy bajo aumenta el riesgo de infección.
Si su recuento de glóbulos blancos es muy bajo, es posible que deba tomar precauciones especiales para prevenir enfermedades. Esto incluye evitar a otras personas que puedan estar enfermas, lavarse las manos con regularidad y minuciosamente, o incluso usar una mascarilla si se encuentra en un espacio confinado (como un avión) con otras personas.