¿Imagina saber que si comes algo incorrecto, incluso un bocado diminuto, podrías sentirte mal e incluso vomitar de inmediato? O peor que eso, su garganta podría cerrarse y ponerlo en una situación potencialmente mortal. Para las personas con alergias alimentarias, estos temores no son una fantasía, sino la realidad de lo grave que puede ser vivir con alergias alimentarias.
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Si bien muchos podrán evitar una situación que ponga en peligro sus vidas, es posible que otros no tengan tanta suerte. Para alguien que, lamentablemente, ha estado expuesto al alérgeno alimentario, esta experiencia puede atormentarlo de miedo. Entonces, ¿qué se puede hacer para ayudar a eliminar el miedo de vivir con alergias alimentarias?
Es muy importante comprender su alergia alimentaria y cómo vivir de manera segura y feliz al mismo tiempo. Afortunadamente, con toda la educación, las pruebas, los tratamientos y el apoyo, es más fácil que nunca vivir una vida normal con alergias alimentarias.
Comprenda su alergia
Lo más importante es que comprenda bien su alergia alimentaria al momento del diagnóstico. Los diagnosticados necesitan saber qué es el alérgeno alimentario y qué reacciones pueden ocurrir si se exponen a ese alimento. Para algunas personas, los síntomas pueden ser más leves, como malestar estomacal o picazón en los ojos, mientras que para otras puede provocar malestar estomacal, vómitos, urticaria o incluso diarrea.
Más allá de eso, también hay casos en los que la reacción alérgica puede poner en peligro la vida y provocar una respuesta anafiláctica. Es fundamental saber qué tan grave es su alergia y estar preparado con un plan de acción si uno está expuesto.
Comprender su alergia significa tener un plan de emergencia ya establecido en caso de una reacción. También significa que tiene a mano medicamentos para la alergia en todo momento, de modo que la reacción pueda tratarse de manera oportuna. Y si a alguien que usted conoce ha sido diagnosticado con una posible respuesta anafiláctica a un alérgeno alimentario, aprender a administrar epinefrina es fundamental. Estar preparado para cualquier reacción puede ayudar a disipar cualquier temor que tenga.
Miedo a lo inesperado
Ser diagnosticado con una alergia alimentaria puede llevar a un nivel completamente nuevo de vivir con miedo. Los padres pueden tener miedo de que sus hijos se expongan mientras están en la escuela o cuando no están cerca. Otros temen por sí mismos que algo se contamine de forma cruzada.¿Lo que sucederá? ¿Cómo conseguiré ayuda? ¿Se cerrará mi garganta? ¿Estará bien mi hijo?Es normal que estas preguntas y temores sigan y sigan.
Saltarse eventos sociales, solo comer en casa, no contarle a los demás sobre sus alergias y limitar la dieta, son a veces el resultado de este miedo abrumador. Muchas veces este miedo puede provocar ansiedad social y afectar realmente la vida diaria.
Si bien es natural tener algunos miedos acerca de tener una reacción, es importante no dejar que este miedo crezca más de lo necesario. Es importante que familias enteras trabajen juntas para educar a todos sobre la alergia alimentaria, sus síntomas, reacciones y plan de atención si hay alguna exposición. Este plan de atención también es importante para compartir con los cuidadores, compañeros de trabajo, educadores, amigos y cualquier persona que tenga un papel constante en la vida de esta persona.
Es importante continuar educando a quienes lo rodean, actualizarlos sobre los nuevos desarrollos relacionados con la alergia y siempre asegurarse de que los medicamentos para la alergia estén disponibles en caso de una emergencia. Practicar simulacros sobre qué hacer en caso de emergencias, tener opciones alternativas de alimentos a la mano y tener medicamentos adicionales a la mano también eliminará los temores.
Miedo después de la experiencia
Aproximadamente cada tres minutos, una reacción alérgica envía a alguien a la sala de emergencias. Los labios o la lengua hinchados, la dificultad para respirar y las vías respiratorias restringidas a medida que se cierra la garganta son síntomas que pueden enviarlo a la sala de emergencias debido a la exposición a un alérgeno alimentario. Esta experiencia puede ser aterradora tanto para las personas alérgicas como para los miembros de su familia. Con la atención y el cuidado médico adecuados, es importante saber que se logrará una recuperación completa. Sin embargo, para quienes atraviesan esta terrible experiencia, puede haber temores residuales de esta seria experiencia.
Es plausible que después de este viaje a la sala de emergencias, pueda haber una mayor sensación de pánico, nerviosismo y miedo de que esto vuelva a ocurrir. Es importante que se preste mucha atención a cómo se siente después de esta experiencia.
Esto puede conducir al síndrome de estrés postraumático, en el que le resulta difícil dejar atrás la situación. Puede tener miedo de las situaciones sociales, puede comenzar a limitar la ingesta de dieta, volverse retraído y desarrollar ataques de pánico. Si esto no se aborda, puede provocar retraso en el crecimiento, deficiencias de nutrientes, pérdida de peso, ansiedad excesiva e incluso el desarrollo de trastornos alimentarios.
Sabiendo esto, es fundamental que después de una experiencia tan traumática por la exposición a alérgenos alimentarios, se aborden todos los temores de la persona. Hablar sobre la experiencia, comprender lo que pudo haber sucedido, discutir cómo evitar que vuelva a suceder y brindar apoyo a la persona con alergias alimentarias es fundamental.
Puede ser útil hablar con su médico, terapeutas o nutricionistas para comprender los miedos. Esta situación no debe tomarse a la ligera y la persona puede tardar un tiempo en volver a sentirse segura. Esto puede requerir tomarse más tiempo para reeducar a otros sobre el alérgeno alimentario en cuestión y el desarrollo de un nuevo plan de emergencia.
En última instancia, el objetivo será calmar los miedos y validar las preocupaciones por la exposición a las alergias alimentarias. Al final, disminuir los miedos ayudará a las personas con alergias alimentarias a reanudar una vida sana y feliz.