El estrés es la reacción del cuerpo a un cambio que requiere un ajuste o una respuesta física, mental o emocional. El estrés puede ayudarlo a fortalecerse, como en el caso del ejercicio intenso, por ejemplo, o puede socavar su capacidad para sobrellevar la situación. El estrés puede motivarlo a lograr logros o puede causar depresión, ansiedad y otros problemas relacionados con la salud.
Morir, por supuesto, es un factor estresante, al igual que muchos de los problemas relacionados con la muerte. Es estresante tanto para el moribundo como para el cuidador. En un sentido básico, morir representa los cambios más grandes que cualquiera tendrá que hacer. También puede, para el cuidador, requerir grandes cambios en las relaciones (el niño se convierte en el cuidador, por ejemplo), sin mencionar cambios complejos en las rutinas, nuevas responsabilidades y más.
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Estrés relacionado con el proceso de morir
Morir es una experiencia muy personal y el nivel de estrés relacionado con la muerte variará radicalmente de un individuo a otro. Algunos de los factores que marcarán la diferencia incluyen:
- Edad y sentido de "finalización". Un adulto mayor que siente que ha vivido una vida plena a veces (aunque no siempre) se siente más cómodo con la idea de que la vida está llegando a su fin.
- El nivel de malestar. En algunos casos, una combinación de factores permitirá experimentar el proceso de morir en casa con relativa comodidad. En otros casos, el proceso es físicamente doloroso y agotador.
- El nivel de preocupación por factores externos. ¿Hay suficiente dinero para pagar el cuidado y los gastos finales? ¿Se sobrecargará a la persona o personas que brindan atención? ¿Hay responsabilidades que la persona moribunda debe manejar?
- Consideraciones espirituales. Para algunas personas, morir es una parte natural de la vida; para otros, es "volver a casa". Para algunas personas, sin embargo, es una perspectiva aterradora.
- Punto en el que se encuentra en el proceso de morir. Por lo general, las personas a las que se les presenta un diagnóstico terminal pasan por un proceso de cinco etapas en el que experimentan una amplia gama de sentimientos. El estrés se asocia con algunas de esas etapas hasta que el individuo es capaz de aceptar los hechos.
Es natural y normal que una persona que está muriendo experimente algún nivel de ansiedad y depresión, y sofocar esas emociones, ya sea por motivos médicos o de otro tipo, generalmente es innecesario y puede ser dañino. Los problemas surgen cuando la persona moribunda está experimentando un nivel patológico (severo) de depresión y / o ansiedad que le imposibilita disfrutar y participar en actividades que normalmente disfruta. Además, existen problemas de base biológica que pueden crear problemas físicos o del estado de ánimo que interfieren con el disfrute de la vida. Cuando surgen desafíos, los profesionales médicos y psicológicos a menudo pueden recomendar medicamentos u otras intervenciones para ayudar.
Estrés relacionado con la prestación de cuidados
En muchos casos, cuidar a alguien puede ser más estresante que morir. ¿Por qué podría ser este el caso?
- Los cuidadores están lidiando con su propio "duelo anticipado" por la muerte de su ser querido al mismo tiempo que están lidiando con la vida restante de su ser querido.
- Los cuidadores están lidiando con todo el estrés de la vida cotidiana (atascos de tráfico, problemas financieros, etc.) al mismo tiempo que brindan atención a un ser querido moribundo.
- En algunos casos, los cuidadores han renunciado a grandes elementos de su vida personal, incluido el trabajo, los pasatiempos y más, para brindar atención. Esto no solo puede llevar a la soledad y al aburrimiento, sino que también puede provocar depresión, dificultades económicas y resentimiento hacia el individuo moribundo.
- Es posible que los cuidadores no tengan el tiempo o la energía para atender sus propias necesidades físicas, como hacer ejercicio, comprar y cocinar alimentos saludables o visitar a los médicos.
- Los cuidadores pueden asumir el papel de cuidadores creyendo que tienen la capacidad de "arreglar" una situación que no se puede solucionar. Las frustraciones que rodean la "impotencia" pueden ser profundas.
Muchos cuidadores están estresados hasta el punto en que están clínicamente deprimidos y / o ansiosos, y no pueden disfrutar de sus propias vidas. Las soluciones son bastante simples: encontrar cuidados de apoyo y de relevo, tomarse un tiempo para uno mismo, elegir hacer suficiente ejercicio, nutrición y dormir, y aceptar la realidad de que la vida y la muerte son impredecibles y, a veces, ingobernables.