En la actualidad, tanto los médicos como los pacientes recurren a la tecnología médica moderna para combatir todo tipo de enfermedades y aflicciones. El enfoque del tratamiento de las enfermedades infecciosas no es diferente, y muchos pacientes exigen prescripciones de antibióticos con los síntomas más leves. Desafortunadamente, el uso indebido de antibióticos tiene que conducir a una mayor aparición de cepas de microbios resistentes a los antibióticos, por lo que la infección puede tener consecuencias devastadoras y, a veces, fatales.
Antes del descubrimiento de patógenos microbianos, muchas personas creían que las enfermedades eran el resultado de los espíritus malignos. Sin embargo, las contribuciones científicas realizadas durante el siglo XIX por Louis Pasteur y Robert Koch demostraron que los microbios diminutos (gérmenes) podían causar enfermedades mortales y deformantes como la tuberculosis y la viruela. ¿La contribución y el descubrimiento de antibióticos (también conocidos como "medicamentos milagrosos") no se atribuyó a tratamientos médicos de alta tecnología, sino a cambios en el comportamiento humano?
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A tres personas, Ignaz Semmelweis, John Snow y Thomas Crapper, se les atribuye el inicio de nuestras prácticas diarias de estilo de vida de lavarse las manos, beber agua limpia y tirar de la cadena.
Historia del lavado de manos: Ignaz Semmelweis
Imagínese cómo sería la vida si el lavado de manos fuera opcional entre los cirujanos. Bastante aterrador, ¿no? En los países desarrollados, el lavado de manos se promueve en gran medida para personas de todas las edades y estilos de vida, pero pocas personas conocen la historia de sus inicios.
En 1847, el médico de origen húngaro Ignaz Semmelweis hizo observaciones sorprendentes que llevaron a la práctica del lavado de manos en las clínicas médicas. Mientras trabajaba en una clínica de obstetricia en Viena, el Dr. Semmelweis se sintió perturbado por el hecho de que el parto fatal (o "puerperal") la fiebre se presentó con mucha más frecuencia en las mujeres que fueron asistidas por estudiantes de medicina, en comparación con las que fueron asistidas por parteras. A través de un examen meticuloso de las prácticas clínicas, descubrió que los estudiantes de medicina que asistían en el parto a menudo lo hacían después de realizar autopsias en pacientes que habían muerto de sepsis (de origen bacteriano). Después de instituir una política estricta de lavado de manos con una solución antiséptica clorada, las tasas de mortalidad se redujeron del 7,8% al 1,8% en 3 meses, lo que demuestra que la transmisión de enfermedades podría reducirse significativamente con esta sencilla práctica higiénica.
No pudo convencer a sus colegas de la importancia de su descubrimiento. Se pensaba que se había vuelto loco y murió en una institución de sepsis por las heridas que recibió allí, al igual que muchas de las mujeres a las que buscaba proteger.
Agua potable limpia: John Snow y Broad Street Pump
¿Te imaginas cómo sería tu vida si tu única fuente de agua potable estuviera contaminada con diarrea de personas que mueren de cólera? Suena bastante asqueroso, ¿no?
A mediados del siglo XIX en Inglaterra, los brotes de cólera (de origen bacteriano) provocaron una epidemia de proporciones masivas, que dejó decenas de miles de muertos y más enfermos. En ese momento, la gente sabía poco sobre los orígenes microbianos o la propagación de enfermedades infecciosas. Más bien, estaban convencidos de que la enfermedad del cólera era causada por gases venenosos de alcantarillas, tumbas abiertas y otros lugares en descomposición.
John Snow era un médico que observó que el cólera no parecía propagarse a través de gases venenosos, sino del agua contaminada con aguas residuales. Observó que la mayoría de las muertes relacionadas con el cólera ocurrieron cerca de una bomba en Broad Street, donde los residentes de la área frecuentemente se detuvo para beber agua. El Dr. Snow quitó la manija de la bomba y, casi instantáneamente, se contuvo la propagación de la enfermedad. Aunque el gobierno local tardó algún tiempo en creer en sus afirmaciones y tomar medidas, las teorías y los hallazgos del Dr. Snow representan contribuciones importantes tanto en la comprensión de los orígenes de las enfermedades infecciosas como en el uso diseminado del agua potable.
El inodoro moderno con descarga de agua: Thomas Crapper
¿Recuerdas los días de la letrina? ¿O un agujero en el suelo, en algunos casos? Te hace sentir más agradecido por el inodoro moderno con cisterna, ¿no es así?
Thomas Crapper, nacido en 1836 en Yorkshire, Inglaterra, ha sido atribuido como el inventor del inodoro con cisterna. En realidad, no inventó el inodoro con cisterna, pero se cree que hizo importantes contribuciones a su desarrollo y distribución en la sociedad moderna. . Al implementar un sistema séptico moderno que bombeaba las aguas sucias fuera de las ciudades, los residentes eran menos propensos a contraer enfermedades de los microbios que se encuentran en las heces humanas. Por lo tanto, si Thomas Crapper contribuyó o no a la práctica de tirar el inodoro es un tema de debate, pero el inodoro con descarga representa un gran paso hacia la mejora de la salud pública.
¿Cuál es el mensaje para llevar a casa?
Tres individuos se atribuyen a estos grandes avances en la humanidad, la mayoría de los cuales damos por sentado. La implementación de estas prácticas diarias ocurrió antes de la introducción de antibióticos e incluso antes de que se entendiera que las enfermedades podían ser causadas por microbios. ¿Cuál es el mensaje para llevar a casa? Es probable que los cambios en el estilo de vida marquen una gran diferencia cuando se trata de evitar infecciones mortales.