El fémur, también conocido como hueso del muslo, es uno de los huesos más grandes y fuertes del cuerpo y se extiende desde la articulación de la cadera hasta la articulación de la rodilla. Debido a que es tan fuerte, se requiere una fuerza significativa para romperlo.
Dicho esto, ciertas afecciones médicas pueden debilitar el hueso y hacerlo más vulnerable a las fracturas. Estos incluyen osteoporosis, tumores, infecciones e incluso ciertos medicamentos con bisfosfonatos que se usan para tratar la osteoporosis. Las roturas de este tipo se denominan fracturas patológicas de fémur. La fractura patológica del fémur es una complicación debilitante en pacientes con estadio avanzado de malignidad.
Ilustración de Cindy Chung, VerywellLas fracturas de fémur generalmente se dividen en tres categorías amplias:
Fracturas proximales del fémur
Las fracturas proximales de fémur, o fracturas de cadera, afectan la porción más superior del fémur justo adyacente a la articulación de la cadera. Estas fracturas se subdividen en:
- Las fracturas del cuello femoral son aquellas que ocurren cuando la bola de la articulación esférica se rompe en la parte superior del fémur.
- Las fracturas intertrocantéreas de cadera ocurren justo debajo del cuello femoral y se reparan más fácilmente que las fracturas del cuello femoral.
Fracturas de la diáfisis femoral
Una fractura de la diáfisis femoral es una lesión grave que suele producirse como resultado de una colisión automovilística a alta velocidad o una caída desde una gran altura.
El tratamiento casi siempre requiere cirugía. El procedimiento más común consiste en la inserción de un poste de metal (conocido como varilla intramedular) en el centro del fémur, lo que ayuda a volver a conectar los dos extremos que luego se aseguran con tornillos por encima y por debajo de la fractura. La varilla intramedular casi siempre permanece en el hueso, pero se puede extraer si es necesario.
Una técnica menos común implica el uso de placas y tornillos para asegurar la fractura que luego se mantiene en su lugar con un fijador externo. El fijador, que está situado fuera de la pierna pero penetra en la piel para estabilizar los segmentos óseos, asegura que el fémur esté completamente inmovilizado y pueda sanar mejor. La fijación externa suele ser un tratamiento temporal para pacientes que tienen múltiples lesiones y no pueden someterse a una cirugía más prolongada para reparar la fractura.
Fracturas supracondíleas del fémur
Una fractura supracondílea de fémur, también llamada fémur distal, es una fractura en el hueso que ocurre justo por encima de la articulación de la rodilla. Estas fracturas a menudo afectan la superficie del cartílago de la articulación de la rodilla y se observan con mayor frecuencia en personas con osteoporosis grave o aquellas que se hayan sometido previamente a una artroplastia total de rodilla.
Una fractura de fémur supracondilar es una condición problemática ya que puede aumentar el riesgo de desarrollar artritis de rodilla más adelante en la vida.
El tratamiento de una fractura supracondílea de fémur es muy variable y puede implicar un yeso o un aparato ortopédico, un fijador externo, una varilla intramedular o el uso de placas y tornillos.
Tratamiento
Una fractura de fémur siempre se considera una emergencia médica que requiere evaluación y tratamiento inmediatos en un hospital. El tratamiento depende en gran medida de la ubicación de la fractura y del patrón y extensión de la fractura.