Frente a decisiones difíciles sobre tratamientos u otros aspectos de nuestra atención médica o la atención médica de un ser querido, es difícil mantener las emociones fuera del proceso de toma de decisiones. Molesto por el diagnóstico y temeroso de que tomemos la decisión incorrecta, la posibilidad de elegir la opción incorrecta puede parecer abrumadora.
Caiaimage / Rafal Rodzoch / Getty ImagesTomando una decisión médica objetiva
A menos que se encuentre en una situación de emergencia, es probable que pueda tomarse un tiempo para investigar las opciones antes de tomar su decisión final. Incluso si su médico lo está presionando para que tome una decisión inmediata, pregunte si existe algún riesgo en tomarse un tiempo para pensarlo.
Si bien la objetividad en este proceso puede parecer imposible, seguir estos pasos puede ayudar.
Enumere todas sus opciones de tratamiento
Comience por hacer una lista de todas sus opciones, que pueden incluir cirugía, medicamentos, terapias físicas e incluso terapias complementarias o alternativas. Su médico le habrá proporcionado una o más posibilidades. Incluso podría considerar preguntar a otros pacientes con el mismo diagnóstico cuáles fueron sus opciones.
Ejemplo: usemos un caso sobre migrañas crónicas como ejemplo. Conoce a Sarah. Sarah sufre de migrañas desde hace muchos años. Su médico le ha recetado un medicamento para esos dolores de cabeza y ella ha usado el medicamento en varias ocasiones, encontrando cierto alivio.
Pero Sarah no es fanática de las drogas en general y se opone a la idea de usar químicos para controlar su dolor. A través de su investigación, aprendió que algunas formas de migrañas pueden aliviarse con la acupuntura. Y una amiga que también sufre de migrañas le contó a Sarah sobre el alivio que siente al visitar a su quiropráctico.
Al igual que Sarah, querrá descubrir todas las posibilidades, aunque es posible que su médico no las haya mencionado en su conversación inicial.
Determine los pros y los contras de cada opción de tratamiento
Una vez que tenga una lista maestra de todas las posibilidades, comience a enumerar los pros y los contras de cada opción. Incluya la duración del tratamiento, cuánto tiempo podría tomar la recuperación, el costo financiero, incluida la cobertura del seguro, los efectos secundarios a corto y largo plazo, los posibles resultados y la probabilidad de éxito. Cada una de estas consideraciones puede terminar como una ventaja o una desventaja.
Incluya también aspectos que sean menos cuantificables, como la cantidad de dolor que puede causar el tratamiento, su nivel de miedo, qué tan lejos de casa debe ir para recibir tratamiento o qué tratamiento prefiere su proveedor para usted.
Si no está seguro de si un aspecto es un pro o un contra, pídale a su médico u otro personal médico en su consultorio su opinión. Obtenga información adicional de la investigación, hablando con otros pacientes sobre sus experiencias o de su familia. No descarte la intuición. Es posible que "sepa" que un tratamiento es una mejor opción que otro para usted. Solo tenga cuidado de no confundir su intuición con ilusiones.
Recuerde que "esperar y ver" puede ser una opción para usted: querrá saber cuáles son las ramificaciones si no elige un tratamiento inmediato. Similar a "esperar y ver" es la decisión consciente de no ser tratado en absoluto. El derecho a rechazar un tratamiento médico se concede a la mayoría, pero no a todos los que necesitan tratamiento médico.
Ejemplo: en el caso de Sarah, pudo determinar esos pros y contras con bastante facilidad. Se incluyeron los hechos de que su seguro no cubriría la acupuntura que su hermano es quiropráctico.
Reduzca sus posibles opciones de tratamiento
Con su lista de pros y contras frente a usted, reduzca sus opciones.
Para cada posibilidad final, pregúntese: ¿Qué es lo peor que puede pasar si me someto a este tratamiento? Y si pasa lo peor, ¿puedo vivir con eso?
Elimine las opciones que proporcionan efectos secundarios o resultados que considere inaceptables. Luego, tome una decisión tentativa.
Comparta esta decisión preliminar con su médico y su familia. Ayúdelos a comprender su proceso de toma de decisiones y vea si están de acuerdo.
Es posible que no todos, incluido su médico, estén de acuerdo con usted. Asegúrese de haber compartido sus pros y sus contras con ellos y hable al respecto. Por supuesto, la decisión final aún es suya.
Tome su decisión final sobre el tratamiento
Una vez que haya tomado su decisión, es importante seguirla y adherirse a esa decisión. Si tiene problemas y se arrepiente de su elección o quiere probar algo diferente, puede regresar con su profesional médico y comenzar el proceso de toma de decisiones nuevamente.
Ejemplo: Sarah finalmente eligió la acupuntura como su primera opción. Como se mencionó anteriormente, ella ya había probado las drogas y no le gustó cómo se sintió una vez que desaparecieron. Su amiga estaba entusiasmada con la acupuntura y Sarah se enteró de que era más asequible de lo que pensaba. Además, por mucho que amaba a su hermano, no quería involucrarlo a menos que tuviera que hacerlo.También sabía que podía probar la atención quiropráctica más tarde.
Sarah compartió su decisión final con su médico y comenzó a trabajar con el acupunturista.
¿Qué sucede si no toma una decisión?
No tomar una decisión es lo mismo que tomar una decisión: ha elegido la opción de no recibir tratamiento. Significa que está incumpliendo el statu quo. También puede significar que está eligiendo "esperar y ver" en lugar del tratamiento inmediato. Ya sea que decida no someterse al tratamiento, o si no toma ninguna decisión y no hace nada, tendrá que vivir con cualquiera que sea su problema médico.
No tomar una decisión o elegir ningún tratamiento puede tener uno de tres resultados. Dependiendo del diagnóstico, por supuesto, algunos pacientes encuentran que sus cuerpos se curan por sí solos. Para algunos, su problema médico empeorará. Y para otros, significa que eventualmente morirán.
Si está realmente atascado y necesita ayuda adicional para tomar una decisión, busque un experto en toma de decisiones compartida para que lo ayude.
El conocimiento es poder. Cuanto más conocimiento obtenga, más probable será que se sienta seguro de sus elecciones. Un paciente empoderado se mantiene lo más objetivo posible durante el proceso de toma de decisiones, mientras confía en aquellos profesionales con la información necesaria para tomar las decisiones correctas por sí misma.