La cirugía maxilofacial que emplea el avance de la mandíbula se usa a veces para tratar la apnea obstructiva del sueño. ¿Cómo corrige la cirugía de mandíbula la anatomía de una mandíbula pequeña o hundida que contribuye a la apnea del sueño? Conozca este procedimiento, los riesgos potenciales y el tiempo de recuperación esperado después de la cirugía.
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Anatomía corregida
La cirugía de la mandíbula para la apnea del sueño es un procedimiento que implica mover quirúrgicamente la mandíbula superior o inferior hacia adelante. La mandíbula superior se llama maxilar y la mandíbula inferior se llama mandíbula. Por lo tanto, la cirugía puede denominarse avance maxilomandibular o avance bimaxilar (si ambas mandíbulas se mueven hacia adelante).
Este procedimiento se usa con mayor frecuencia cuando las mandíbulas están retraídas, como ocurre con la micrognatia o la retrognatia. Estos problemas suelen ser congénitos, lo que significa que están presentes desde el nacimiento o después de que ha terminado el crecimiento.
Cómo esta cirugía puede ayudar a tratar la apnea del sueño
La cirugía de avance de la mandíbula puede ampliar el espacio para respirar en la garganta porque las estructuras que rodean la garganta están unidas efectivamente a las mandíbulas. Al hacer avanzar las mandíbulas, estas estructuras avanzan, lo que reduce su capacidad para producir un bloqueo en la garganta. Es importante destacar que la lengua se mueve hacia adelante y esto puede mejorar la anatomía que contribuye tanto a los ronquidos como a la apnea del sueño.
La cirugía de avance maxilomandibular puede ser muy eficaz, pero este procedimiento tiene riesgos y recuperación más sustanciales en comparación con otras opciones de tratamiento quirúrgico. Debido a que es más complicado que otros procedimientos, la cirugía de avance de la mandíbula generalmente se realiza solo en pacientes que no han respondido a otros tratamientos como en aquellos que son poco tolerantes a la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).
Sin embargo, en algunos pacientes, especialmente en personas más jóvenes con anomalías en la mandíbula, puede ser un tratamiento quirúrgico de primera línea. Los beneficios duraderos lo convierten en una opción atractiva para quienes desean evitar el uso de otros tratamientos de por vida.
Riesgos
En pacientes con apnea obstructiva del sueño, este procedimiento es más complicado que en el paciente típico con posiciones anormales de la mandíbula sin apnea del sueño. Requiere un mayor movimiento hacia adelante de los maxilares, es técnicamente más difícil para el cirujano, tiene mayores riesgos y una recuperación más difícil. Por lo general, lo realiza un cirujano con capacitación especializada en el procedimiento.
Al igual que con cualquier cirugía, existen riesgos asociados con el tratamiento. Los principales riesgos incluyen:
- Sangrado
- Infección
- Hinchazón que puede crear dificultad para respirar (en la que puede ser necesaria una traqueotomía temporal)
- Falta de cicatrización de las mandíbulas u otro debilitamiento de las mandíbulas
- Lesión de diente
- Cambios en la mordida (maloclusión)
- Problemas de la articulación temporomandibular (ATM)
- Entumecimiento facial o dental
- Cambio en la apariencia facial.
Este procedimiento generalmente requiere de 2 a 3 meses de tiempo de recuperación, incluidas las restricciones dietéticas iniciales durante 6 semanas.
Si está considerando la cirugía de mandíbula como tratamiento para su apnea del sueño, debe hablar con su especialista del sueño sobre esta opción y buscar una derivación a un cirujano calificado en su área para una evaluación. Dada la complejidad del procedimiento, se recomienda que busque un médico con experiencia en el procedimiento.