Si ha tenido un desgarro del tendón de Aquiles, entonces sabe lo dolorosa que puede ser la lesión. Una ruptura del tendón de Aquiles puede limitar su capacidad para caminar, correr, subir escaleras y participar plenamente en el trabajo normal y las actividades recreativas.
Puede beneficiarse de participar en fisioterapia si tiene un desgarro del tendón de Aquiles. Su fisioterapeuta (PT) puede evaluar su afección y brindarle tratamientos y ejercicios para ayudarlo a recuperarse por completo.
Imágenes de Jan-Otto / GettySíntomas
Un desgarro del tendón de Aquiles generalmente ocurre como resultado de un traumatismo repentino en el pie y el tobillo. Si salta y aterriza repentinamente, se mete en un agujero o corre y luego realiza arranques y paradas rápidos (como maniobras de corte en los deportes), puede romperse el tendón.
Un tendón de Aquiles generalmente se rompe unos seis centímetros por encima de la unión del hueso del talón. Aquí es donde la circulación sanguínea es más baja y los tejidos fibrosos son más vulnerables.
Si se desgarra el tendón de Aquiles, normalmente escucha un chasquido en la parte inferior de la pierna y luego experimenta varios síntomas. Estos síntomas de una rotura de Aquiles incluyen:
- Dolor en la parte inferior de la pierna
- Hinchazón en la pierna y la pantorrilla.
- Moretones o decoloración en la parte inferior de la pierna.
- Dificultad para caminar o soportar peso en la pierna.
- Incapacidad para apuntar activamente los dedos de los pies y el tobillo
Diagnóstico
Si sospecha que tiene una ruptura del tendón de Aquiles, debe consultar a su médico de inmediato. Él o ella pueden evaluar su condición y determinar la naturaleza de su lesión. El diagnóstico se realiza mediante examen clínico. Su descripción de su lesión y las pruebas clínicas pueden llevar a su médico a un diagnóstico de desgarro del tendón de Aquiles.
La prueba de Thompson puede ayudar en el diagnóstico. Para realizar esta prueba, su médico le pedirá que se acueste boca abajo con los tobillos y los dedos de los pies colgando libremente del borde de la cama. Se aplica un ligero apretón de la pantorrilla. Si no se produce ningún movimiento en el tobillo, se sospecha que tiene un desgarro de Aquiles.
Una prueba de imagen, como la resonancia magnética (IRM), la tomografía computarizada (TC) o la ecografía Doppler, puede ayudar a confirmar el diagnóstico, pero generalmente se reserva para personas con hallazgos clínicos no concluyentes.
Su médico puede hacer recomendaciones de tratamiento según la gravedad de su desgarro del tendón de Aquiles. Hay tres grados de rotura de tendones. Estos son:
- Grado I: Su tendón está ligeramente estirado.
- Grado II: su tendón está parcialmente desgarrado, pero algunas fibras del tendón permanecen intactas.
- Grado III: su tendón está completamente cortado.
Es posible que deba inmovilizar la parte inferior de la pierna con un yeso o una bota para caminar removible inicialmente después de la lesión de Aquiles. Esto da tiempo para que el tendón comience a sanar. Es posible que también deba caminar con muletas durante este tiempo.
Después de aproximadamente dos a cuatro semanas de inmovilización, su médico puede recetarle fisioterapia para ayudarlo a recuperar la función y la movilidad normales.
Terapia física
Su primera cita con un fisioterapeuta ambulatorio para su desgarro del tendón de Aquiles se llama evaluación inicial. Durante esta cita, su PT le hará preguntas sobre la naturaleza de su lesión, cómo su lesión afecta su actividad normal y cómo se comportan y cambian sus síntomas.
También se revisará su historial médico anterior. Luego, su PT recopilará información sobre su condición mediante la realización de varias pruebas y medidas. Las medidas tomadas durante la evaluación inicial para la rotura del tendón de Aquiles pueden incluir:
- Palpación
- Rango de movimiento
- Fuerza
- Análisis de la marcha
- Análisis funcional
- Medidas de hinchazón
- Equilibrio y propiocepción
Cuando su PT haya recopilado datos sobre su condición actual, podrá elaborar un plan de tratamiento integral. Esto puede incluir una variedad de tratamientos o modalidades y ejercicios.
Después de una lesión en el tendón de Aquiles, el tiempo normal de curación es de seis a ocho semanas. La recuperación puede ser más rápida o más lenta según la naturaleza de su lesión, el tipo de rehabilitación utilizada y la consistencia de la fisioterapia.
Ejercicios
Los ejercicios para un desgarro del tendón de Aquiles deben ser una de las principales cosas que debe hacer para rehabilitar la lesión. Se pueden utilizar varios tipos de ejercicios en diferentes puntos del proceso de curación. Los ejercicios están diseñados para restaurar el rango normal de movimiento, fuerza y función alrededor de su tobillo y pierna.
Los ejercicios también pueden usarse para ayudarlo a regresar a la actividad normal y para prevenir problemas futuros con su tendón de Aquiles.
Fase aguda
Durante la fase inicial o aguda de la curación después de un desgarro del tendón de Aquiles, sus ejercicios deben enfocarse en restaurar el rango de movimiento normal activo y pasivo de su tobillo. Los ejercicios pueden incluir:
- Bombas de tobillo
- Rango de movimiento activo del tobillo
- Ejercicios de resistencia suaves con una banda de resistencia ligera.
En este punto de la rehabilitación, los movimientos deben ser lentos y constantes. Puede sentir punzadas agudas, dolores o sensaciones de tirones, pero no dolor absoluto. Si lo hace, debe detenerse.
Fase subaguda
La cantidad de días que tardará en sanar depende del grado de su desgarro; Una vez que la curación ha alcanzado un cierto punto, puede comenzar a realizar ejercicios de fase subaguda para su tendón de Aquiles. Estos ejercicios son un poco más agresivos y, al mismo tiempo, protegen su tendón en curación. Los ejercicios pueden incluir:
- Estiramiento del tendón de Aquiles (como un estiramiento de la pantorrilla con toalla)
- Ejercicios de fortalecimiento de tobillos y extremidades inferiores
- Ejercicios de equilibrio y propiocepción para principiantes
- Ejercicio de resistencia y aeróbico
Puedes incluir progresivamente ejercicios de entrenamiento de resistencia, incorporando pesas o bandas de resistencia.
Puede comenzar a incorporar ejercicios de soporte de peso, como elevaciones de pantorrillas con dos piernas, para estresar y fortalecer suavemente el tendón de Aquiles.
Fase crónica
Después de tres o cuatro semanas de curación, el progreso de su rehabilitación pasará a la fase crónica. Esto significa que puede comenzar a poner más y más estrés en su tendón en curación y puede comenzar a pensar en incorporar ejercicios de prevención de lesiones en su rutina. Los ejercicios durante las próximas cuatro semanas deben incluir:
- Ejercicios de equilibrio dinámico y propiocepción
- Progresión pliométrica (incluido el salto de una sola pierna)
- Fortalecimiento de pantorrillas del protocolo Alfredson
En esta etapa, el objetivo de la terapia es aumentar la tolerancia a la carga de su tendón de Aquiles. Incluso a medida que gana fuerza y rango de movimiento, la guía de un PT es esencial.
Cirugía
Muchas personas con un desgarro del tendón de Aquiles optarán por someterse a una cirugía para reparar el desgarro. Puede implicar una gran incisión (cirugía abierta) o numerosas incisiones más pequeñas (cirugía percutánea). La cirugía en sí solo toma de 30 minutos a una hora, después de lo cual se le colocará un yeso de rodilla a dedo para mantener el pie en una posición puntiaguda.
Por muy beneficiosa que pueda ser una cirugía de Aquiles, existe la duda de si la cirugía es absolutamente necesaria en todos los casos.
Una revisión de 2012 en elRevista de cirugía de huesos y articulacionesinformó que las personas que se sometieron a la cirugía de Aquiles regresaron al trabajo 19 días antes que las que no lo hicieron, pero ninguno de los dos había mejorado los resultados ni había disminuido el riesgo de una nueva ruptura.
Al final, tanto la inmovilización como la cirugía suelen tener éxito en la curación de un tendón roto. Para tomar la decisión adecuada, trabaje con su cirujano ortopédico para sopesar los beneficios y riesgos de la cirugía en función de sus necesidades y objetivos individuales.
Terapias adyuvantes
Algunos fisioterapeutas utilizan modalidades físicas para aumentar un programa de rehabilitación para los desgarros del tendón de Aquiles. Estas modalidades pueden incluir:
- Ultrasonido: El ultrasonido es un tratamiento de calentamiento profundo que ayuda a mejorar la circulación. Algunos fisioterapeutas creen que esto puede ayudar a mejorar la extensión y cicatrización del tejido.
- Estimulación eléctrica: se puede utilizar E-stim para ayudar a controlar el dolor y mejorar la función muscular.
- Calor: se puede aplicar calor superficial al tendón de Aquiles o la pantorrilla para aliviar el dolor y los espasmos o para mejorar la extensibilidad del tejido antes del estiramiento.
- Hielo: se utilizan compresas frías y hielo para controlar la inflamación y disminuir el dolor.
- Láser de bajo nivel: se ha pretendido que la terapia con láser acelera el proceso inflamatorio y mejora el tiempo de curación.
- Masaje asistido: el masaje se utiliza para mejorar la movilidad y la extensibilidad de los tejidos antes del estiramiento.
- Cinta de kinesiología: a veces se aplica cinta de kinesiología en la pantorrilla o en el tendón de Aquiles para mejorar la función muscular o disminuir el dolor y los espasmos.
Tenga en cuenta que la aplicación de modalidades es pasiva; no hace nada mientras su PT aplica el tratamiento. Además, existe una gran cantidad de investigaciones que indican que algunas modalidades físicas, como la estimulación eléctrica y el ultrasonido, agregan muy poco a la rehabilitación de Aquiles.
Por lo tanto, es importante comprender las recomendaciones de tratamiento y preguntar si son absolutamente necesarias (y por qué).