El cuidado personal juega un papel importante en el manejo de cualquier condición crónica, pero es especialmente importante si tiene enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
A menudo, la respuesta inicial a un diagnóstico de EPOC es asumir que va a empeorar pase lo que pase. Es una reacción comprensible dado que la EPOC es una afección irreversible y que cualquier daño a los pulmones es permanente.
Pero eso no significa que la EPOC tenga un curso inevitable. La forma en que progresa la enfermedad de una persona a otra varía enormemente, y hay varias cosas que puede hacer para evitar que empeore o se vuelva muy grave. Todo comienza cuando tomas el control.
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Aquí hay 5 consejos que pueden ayudar:
1. Apague ese cigarrillo hoy
Dejar de fumar es lo único que debe hacer si tiene la intención de prevenir el desarrollo de la EPOC en estadio III y estadio IV.
Fumar causa inflamación de los pulmones que resulta en una sobreproducción de moco. La acumulación de moco es la razón por la que no podemos obtener suficiente aire en los pulmones y, a menos que detengamos esta inflamación persistente, la condición solo empeorará.
Incluso si se encuentra en una etapa avanzada de la EPOC, nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. Dejar de fumar no solo ayuda a retrasar la progresión de la enfermedad, sino que los beneficios para la salud solo aumentan con el tiempo. En muchos casos, los síntomas de disnea (dificultad para respirar) disminuirán dentro de los seis a nueve meses posteriores a la interrupción.
En la actualidad, se encuentran disponibles varias ayudas para dejar de fumar, muchas de las cuales están cubiertas por el seguro.
2. Levántese de la silla y haga ejercicio
La importancia del ejercicio diario a menudo se pasa por alto al elaborar un plan de tratamiento de la EPOC. Más allá de los obvios beneficios para la salud, un programa de acondicionamiento físico informado puede ayudarlo a recuperar una sensación de control sobre su vida mientras aumenta la sensación de bienestar y autoestima.
Para aprovechar al máximo un programa de acondicionamiento físico, comience por evaluar su tolerancia al ejercicio con su médico. Esto le permitirá saber cuánto ejercicio puede manejar razonablemente al comenzar. Con esta información en la mano, puede reunirse con un profesional del acondicionamiento físico que puede elaborar una rutina que se adapte tanto a su salud actual como a la etapa de su enfermedad.
3. Practique una buena nutrición según la etapa de su enfermedad
Algunas personas con EPOC requieren hasta 10 veces más energía para respirar que otras. Si bien una dieta saludable no puede revertir la EPOC, puede ayudarlo a sentirse mejor y brindarle más energía para todas sus actividades diarias, incluida la respiración.
El simple hecho es que la EPOC ejerce una enorme presión sobre su cuerpo y efectivamente quema todo el combustible que obtiene al comer. Como tal, las personas con EPOC a menudo necesitarán aumentar su ingesta calórica, idealmente con alimentos saludables ricos en antioxidantes y fitoquímicos.
Comer bien también puede fortalecer su sistema inmunológico y, a su vez, ayudar a combatir las infecciones del pecho que son comunes en las personas que viven con EPOC.
4. Evite los irritantes del aire
No tiene sentido dejar de fumar si permite que otras personas fumen a su alrededor. El humo de segunda mano es tan tóxico (y potencialmente cancerígeno) como el humo que inhala usted mismo. No sea cortés en detrimento de su buena salud. Si alguien a tu alrededor fuma, pídele que se detenga o se mueva.
Esto se aplica a la contaminación del aire o la exposición ocupacional al polvo y productos químicos agresivos. Si desea proteger sus pulmones, a menudo deberá tomar decisiones difíciles. Si bien mudarse o cambiar de trabajo no siempre es viable, la simple conciencia le permite tomar las medidas necesarias para protegerse.
5. Siga su plan de tratamiento para la EPOC según lo prescrito
La incomodidad o el olvido nunca son una buena excusa para no seguir su plan de tratamiento para la EPOC según lo prescrito. Esto incluye el uso inadecuado de broncodilatadores, omitir una dosis de medicamento y olvidar su vacuna anual contra la gripe. Al final, usted y solo usted toman las decisiones en cuanto a qué tan bien o mal se adhiere al tratamiento.
Esto también incluye estar vinculado a la atención médica continua. Como regla general, nunca es aconsejable programar una cita con el médico solo cuando las cosas van mal. Para entonces, habrá ocurrido el daño a sus pulmones. Si consulta a su médico con regularidad, tendrá muchas más posibilidades de evitar enfermedades y de controlarlas de forma más eficaz.
Al final, cuanto menos estrés ejerzan sus pulmones, menos daño incurren y más lento progresará su enfermedad. Es tan simple como eso.