Si necesita llevar algo a su próxima comida o fiesta, los salsas son los favoritos de la multitud. Son económicos y rápidos de crear y, a menudo, son el primer plato que desaparece donde sea que los coloques. Sin embargo, algunas inmersiones pueden estar prohibidas si sigue una dieta para mantener saludables los niveles de colesterol y triglicéridos. Por ejemplo, algunas de las salsas más populares, como las cremosas y con queso, tienen un sabor delicioso, pero también contienen una gran cantidad de grasas saturadas y calorías. Algunas salsas también pueden contener azúcar oculta. Estos consejos y recetas le ayudarán a crear salsas saludables que no introducirán una gran cantidad de grasas y calorías en su dieta para reducir el colesterol.
Fotografía de Adam Booth / iStockUtilice sus frijoles favoritos
Los frijoles son muy versátiles y se pueden combinar con prácticamente cualquier cosa, ya sea que los sirva con verduras o chips de pita baja en grasa. No solo son bajos en grasas saturadas y altos en proteínas, los frijoles están llenos de fibra, un ingrediente que puede ayudar a mantener saludables los niveles de colesterol.
Frijoles negros, frijoles rojos, frijoles blancos: puede servirlos enteros o ponerlos en una licuadora para convertirlos en una mezcla cremosa. Su sabor no es muy fuerte, por lo que a menudo es tentador agregar algo para realzar su sabor. Si hace esto, agregar un chorrito de jugo de limón o especias es una forma amigable con el colesterol de animar sus salsas de frijoles.
Agregue sus verduras favoritas
Las salsas de verduras también son un gran éxito en las fiestas. Aunque cualquier tipo de vegetal es ideal para incluir en una salsa, muchas de estas salsas están hechas con leche entera y cremas espesas que pueden introducir una gran cantidad de grasas saturadas en la salsa. Afortunadamente, hay formas de disfrutar de la cremosidad de una salsa de verduras sin aumentar significativamente el contenido de grasa. Puede agregar una variedad baja en grasa de su producto lácteo favorito, como crema agria o queso crema, a su salsa. Además, también puede mezclar yogur griego natural bajo en grasa para darle más cremosidad a su salsa, sin agregar mucha grasa saturada.
Salsa probada y verdadera
Cuando piensa en salsa, puede que solo piense en una combinación de tomate picado y cebolla. Sin embargo, hay muchas otras formas de preparar salsa, y casi todos estos métodos de preparación pueden hacer salsas aptas para el colesterol que están llenas de nutrientes. Para mezclarlo, no dude en experimentar con cualquier combinación de frutas y verduras:
- Pica y combina un tomate, una cebolla morada, un par de mazorcas de maíz y uno o dos dientes de ajo en un bol con el jugo de la mitad de una lima. ¿Qué agregar un poco de proteína a su salsa? Agregue un puñado de frijoles negros.
- Si le apetece algo dulce, pique y combine una toronja, un kiwi, una naranja, cilantro, un tomate y un pimiento verde para hacer una salsa más dulce (sin el azúcar agregada).
- Para mantenerlo tradicional, pique y combine una cebolla blanca, tres o cuatro tomates, cilantro, un par de dientes de ajo y el jugo de una lima. Si necesita condimentarlo un poco, espolvoree un poco de pimienta.
Puede usar sus mezclas de salsa favoritas para mojar sus otras verduras o granos integrales. Solo asegúrese de evitar las papas fritas, ya que están cargadas de grasa, sal y calorías.
Considere usar hummus
Aunque se observa comúnmente en la cocina mediterránea y del Medio Oriente, el hummus también ha ganado popularidad en los Estados Unidos como salsa para el colesterol. Estas cremosas salsas están hechas principalmente de garbanzos, una legumbre rica en fibra que también se puede agregar a muchas guarniciones y platos principales. Esta salsa se puede untar sobre galletas integrales o se puede usar para mojar sus verduras o pan de pita integral.
Puede modificar el sabor del hummus agregando otros ingredientes bajos en grasa, como limón, pimiento rojo, ajo o varias especias. Y si no tiene ganas de hacer el suyo, hay muchas marcas de hummus preenvasado disponibles en la tienda. Si lo compra en la tienda, asegúrese de revisar sus etiquetas nutricionales para ver si hay grasas saturadas y azúcares ocultos.